sábado, 29 de diciembre de 2007
Corazones en espera
Antes de irme…
“Gracias”
Yo, como alumno salesiano, he cursado once años en el colegio. Y agradezco, de todo corazón, a todas las personas que me han instruido a lo largo de estos largos años. Como persona, agradezco a Dios haberme dado la vida y haberme dado una grandiosa familia; agradezco a mis padres, que me han enseñado mucho y me han guiado en este largo camino; agradezco a mis hermanos que me han dado muchas alegrías, especialmente la sonrisa que me dirige mi pequeña hermana cada vez que vuelvo del colegio, pero yo no agradezco solamente diciéndoles gracias. Yo les agradezco esforzándome en los estudios para que mis profesores no piensen que han perdido el tiempo conmigo, yo agradezco a Dios tratando de acudir a misa constantemente, yo agradezco a mis padres estudiando mucho para que se sientan orgullosos de mí y por último, yo agradezco a mis hermanos, tratando de ser un modelo a seguir, estudiando y haciendo lo correcto.
Como pueden ver, no se agradece solo con palabras, tampoco con grandes acciones o regalos. Se debe agradecer con acciones significativas que ayuden a otras personas. La gratitud debería nacer de nosotros mismos, pero se ha perdido este valor y ahora es nuestra tarea recuperarlo. No es una obligación, pero si tuviéramos la costumbre de expresar nuestra gratitud, sería algo que nos saldría natural cuando alguien nos hiciera un favor. Nadie, en la vida, te va a pedir que le agradezcas por un favor u otra cosa, pero tu al demostrar tu agradecimiento, le haces ver que si aprecias lo que ha hecho por ti y esa persona estará dispuesta a siempre ayudarte y apoyarte en lo que necesites o con lo que necesites.
Todos deberíamos agradecer. Es algo que no cuesta nada, si no podemos agradecer con nuestras acciones, por ejemplo, al vendedor de un mercado que nos da sus productos. ¿No se merece ese vendedor un “Gracias” por habernos proveído de un producto? Agradecer no es obligatorio, es cierto, pero se debería ser agradecido por muchas de las cosas que tenemos. La hoja de papel en la cual este ensayo esta escrito, la tinta con la que se escribió este texto, el tiempo que se dedico a la elaboración de estas líneas, todo esto debería ser agradecido.
Don Bosco nos ha enseñado desde el principio a ser agradecidos como el lo fue, con Dios y con Maria, nuestra madre, también. Por que gracias a ellos nosotros nos encontramos aquí, vivos, leyendo estas líneas. Debemos ser agradecidos hasta el extremo, por que no es malo estar demasiado agradecido. Como dice el escritor francés Jean de la Bruyère: “Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud”.
Carta a un fumador
Querido amigo:
Te preguntarás por qué de pronto te escribo, y para colmo de males, te digo amigo, es cierto, talvez no me conoces y talvez no te conozco, pero siento que debo darte algo muy importante, algo que todos necesitamos en algún momento de nuestras vidas, algo que vale más que cualquier otra cosa en este mundo, algo demasiado bueno para tenerlo guardado, algo que debe compartirse siempre con alguien especial: el consejo de un amigo.
Pongo toda mi alma y corazón joven para darte este buen consejo: hace poco tiempo estuve pensando en la vida, por consiguiente también en la muerte, pensaba en todo lo que había hecho, hasta el momento en que llegué a pensar en el futuro, mi vida profesional, mi futura familia y mi muerte. Ahí empezó el problema, me puse a pensar que hay cosas que vienen como una enfermedad adquirida o un accidente de tránsito, pero hay cosas que el mismo ser humano puede provocar por medios suicidas a largo plazo: los vicios.
A lo largo de mi corta vida, hasta ahora, he observado que el peor de los vicios es el cigarro, el “fallo”, como quieras llamarlo, siempre se infiltra en tu vida. Te contaré una experiencia personal: Mi abuelo era fumador y mi hermano le dio una gran lección de vida, al tener solo 3 años le pregunto: ¿Por qué fumas si te hace daño? En ese instante, para sorpresa de todos, mi abuelo se quedó sin palabras y nunca más volví a ver las 3 cajas de cigarro que guardaba a espaldas de su escritorio, nunca volvió a fumar, y en la actualidad se encuentra aún con vida gozando de su tercera nieta, muy feliz por haber elegido vivir a estar enterrado unos cuantos metros por debajo de la tierra gracias a la nicotina. Por eso te escribo estimado amigo, ahora yo te pregunto: ¿Quieres ser pasajero del tren que no va a ningún lugar? Si en realidad quieres disfrutar tu vida deja ese vicio y comienza de nuevo, piensa en tu futuro ya que el tiempo que te quita el cigarro solo llega a formar los cadáveres de momentos que jamás volverán, ¡piénsalo!
¿Cuál es el objetivo del cigarro?, ¿Para qué fumas?, estas son interrogantes que yo haría a cualquier persona que viera en la calle fumando. El cigarro hace daño, irónicamente, hasta las empresas que producen cigarros te lo dicen. Sin embargo; poco o nada le importa al típico suicida que esta fumando un “fallo” en el frío con sus amigos. Y digo suicida mi querido lector, ya que ese es el término apropiado para una persona que se daña solo y poco a poco quiere matarse. Por eso amigo vengo a decirte que la mejor opción es la vida. La muerte es un paso que vendrá con el tiempo, no la adelantes fumando.
Si algo he aprendido de mi formación en valores, es a tener fuerza de voluntad y ser perseverante, lo mismo te digo amigo lector, para dejar un vicio hace falta mucho más que un simple compromiso, se debe de tener una fuerza de voluntad enorme y un gran corazón arrepentido. Yo sé que tu tienes los requisitos para lograrlo y por eso te dedico estas cuantas letras inmortalizadas en papel. Es un largo camino, pero poco a poco ve adentrándote en él.
Sé que tropezarás, sé que tendrás tentaciones, sé que te encontraras con obstáculos y muy grandes, sé que necesitarás de la única fuerza que hay en tu corazón: la voluntad, sé que a veces pensarás en rendirte y darte por vencido. Sé que el camino se te hará oscuro en algunas ocasiones, pero en esos momentos, acuérdate de esta carta y que sea tu luz guía en esa oscuridad. Y al final, si por alguna casualidad de la vida te llegara a conocer, espero que hayas cambiado y me sentiré orgulloso de haberte podido ayudar mi querido amigo.
Rehabilitar antes que exterminar: la pena de muerte en el Perú actual
Pese a las restricciones, en el 2006 se dieron varios proyectos de ley, para la reforma constitucional del artículo 140, con el fin de ampliar la pena de muerte para los delitos de violación de menores seguidos de asesinato, secuestro organizado y, también, corrupción. Estos proyectos de ley, propuestos por diversos congresistas e, incluso, el mismo presiente Alan García, continúan siendo estudiados en el Congreso, en comisiones, sin llegar a ningún acuerdo (C.R. 2007). Revisando y analizando algunos aspectos de nuestra legislación, así como algunos casos previos de aplicación de la pena capital, los proyectos de ley que buscan ampliar la pena máxima, estadísticas al respecto, sus consecuencias y las visiones a futuro, he llegado a una tesis que me gustaría compartir. A continuación, los motivos por los cuales pienso que se debe abolir y no extender la pena de muerte en el Perú actualmente.
El famoso caso del “monstruo de Armendáriz” es uno de los procesos judiciales que ha dejado un sabor a remordimiento sobre la pena máxima en nuestro país. Jorge Villanueva Torres, acusado por el turronero Ulderico Salazar por violación y asesinato de un menor de edad, fue condenado a la pena de muerte en 1957 por el sistema judicial peruano. Después de ejecutar a Villanueva, el poder judicial empezó a dudar de su culpabilidad, y comenzaron a surgir fuertes sospechas acerca del asesinato que implicaban al turronero Salazar (Aguirre 2005). Esto demuestra que la pena capital podría generar, debido a la lamentable ineficacia de nuestro sistema de justicia, errores irreparables, tales como la muerte de personas inocentes.
Otro caso que refuerza mi anterior argumento es el proceso en contra de Stanley Williams. Este estadounidense, quien fue condenado en 1981 a la pena capital por el asesinato de cuatro personas en Estados Unidos, se recuperó increíblemente, según la opinión pública, en el tiempo que estuvo retenido en prisión, jamás reconoció haber sido autor de los crímenes e, incluso, fue propuesto para el premio Nóbel de la Paz debido a la labor social que vino haciendo con jóvenes acerca de los peligros de las pandillas. Sin embargo, Arnold Schwarzenegger, gobernador de California, le negó clemencia y la condena continuó según lo planificado. La ejecución, llevada a cabo el 2005, dejó al pueblo estadounidense gritando una frase bastante significativa: “California acaba de matar a un hombre inocente” (Agencias 2005).
Por otro lado, nuestra Constitución Política establece, en el inciso 1 del artículo 2, el derecho a la vida para todas las personas. Sin embargo, en el artículo 140 del mismo documento, se establece la pena de muerte, que es totalmente contradictoria al artículo antes mencionado acerca de la vida de las personas (M.J. 2001b p.20 y 2001a p. 77), debido a que si le quitas la vida a un condenado por medio de la pena capital, le quitamos también el derecho a la vida. Además, este derecho no solo esta instituido en este documento, también se encuentra en el artículo 3 de la Declaración Universal de Derecho Humanos, en el artículo 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en el artículo 4 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos (C.A.J. 1988, p.101). Así, el Perú al tener en la Constitución esta pena genera contradicciones dentro de su legislación nacional e internacional; por esto, no cabe pensar en la ampliación de esta pena, sino, por el contrario, se debe pensar en quitar esta norma de nuestra carta magna.
Asimismo, para reforzar mi premisa, según el artículo IX del título preliminar del código penal peruano, “la pena tiene función preventiva, protectora y resocializadora. Las medidas de seguridad persiguen fines de curación, tutela y rehabilitación” (Chocano 2004, p.40). Igualmente, la Constitución Política del Perú, establece de manera similar el principio de resocialización del penado en el inciso 22 del artículo 139 (M.J. 2001c, p.77). La condena de privación de la muerte es un castigo establecido en nuestra legislación; si las penas tienen la función de reincorporar al condenado rehabilitado a la sociedad, la pena capital debería reponer, recompuesto, al condenado a la sociedad. Sin embargo, la pregunta es dónde esta la resocialización del criminal con la pena de muerte si ésta le quita la vida que es irrecuperable y le quita, también, la posibilidad de rehabilitarse.
Aparte, si se aplicara la pena de muerte, no es seguro que sea totalmente eficaz en la tarea de prevenir el delito; es decir, que nadie más vuelva a cometerlo. Estadísticas muestran que en Estados Unidos, país que aplica la pena de muerte desde hace mucho tiempo, los ejecutados aumentaron de 1 en 1977 a 98 en el 2000 y bajaron a 60 en el 2005; esto demuestra que la pena de muerte no esta cumpliendo su función de evitar que se prosiga cometiendo el castigado crimen e, incluso, se observa que se incrementa o se mantiene el número de ejecutados, en ves de disminuir (J.V. s/f - a). Por esto digo que la pena de muerte, prolongada su permanencia o si se extiende, tendrá consecuencias negativas.
Del mismo modo, es importante tener en cuenta que la pena de muerte es el reflejo de un sentimiento de venganza que poseen las personas después del daño que hace semejante delito, ya sea que les afecte directa o indirectamente. Por ende, se debe tomar en cuenta que ejecutar a un condenado no compensa los daños causados, por esto la extensión o la permanencia, así como la aplicación, de la pena de muerte en nuestra legislación generaría solo asesinatos vengativos. Asimismo, retenerla o ampliarla para más delitos generaría grandes problemas hacía el Perú, debido a los tratados internacionales anteriormente mencionados, y, también, provocaría una gran desconfianza internacionalmente por la tendencia existente a favor de abolir la pena de muerte a nivel mundial, basándome en que, actualmente, 125 países alrededor del globo han dejado de aplicar la pena máxima (J.V. s/f – b [E.C.]).
Por otro lado, analizando el proyecto de ley 00282/2006-CR propuesto por la bancada aprista para la extensión de la pena de muerte para el caso de violación sexual de menores de edad seguida de asesinato, ésta nos dice lo siguiente: “La idea de justicia se mantiene en la comunidad que rechaza la violencia, y por tanto, condena las consecuencias que la injusticia conlleva.” (C.R. 2007). Menciona que la comunidad y la idea de justicia rechazan la violencia; sin embargo, irónicamente, matar a una persona es un signo de violencia extrema, debido, en parte, a los métodos crueles para aplicarla como lo son el fusilamiento, la horca, la cámara de gas o la inyección letal, entre otros; por lo tanto, la pena de muerte es la condena más violenta a nivel universal. Esto demuestra una grave contradicción y un gran error en la argumentación del proyecto de ley que se encuentra en proceso de análisis en el Congreso.
Para reforzar más mi opinión, otra parte de este mismo proyecto de ley, refiriéndose al “ilimitado” poder del Estado para poner orden en la sociedad, menciona lo siguiente:
“El Estado es responsable ante la población por la protección de los derechos de los ciudadanos y el mantenimiento de la justicia y el orden público. En ese supuesto, el Estado se encuentra no sólo facultado, sino en obligación de imponer medidas efectivas para garantizar la paz social cuando ésta se vea vulnerada, lo que incluye el poder de quitar la vida humana en aquellos casos donde el no hacerlo constituye no únicamente un claro peligro para la sociedad, sino una violación vigente y continuada.” (C.R. 2007).
Como apreciamos, según este fragmento del proyecto de ley, el Estado puede atropellar cualquier derecho, como el derecho a la vida, con tal de realizar sus funciones. Por esto, “El fin justifica los medios” es la frase perfecta para describir el invalido argumento que defienden estos congresistas según este pedazo del texto original del proyecto. También nos dicen en otro fragmento lo siguiente: “Nadie acepta que la pena capital deba ser ilimitada y, por ello, es que debe ser aplicada para casos que revisten considerable importancia en atención de la dimensión del delito cometido” (C.R. 2007). A pesar de que se dice, en el proyecto, que debe ser aplicada a casos excesivos, hay más de tres proyectos en estudio, en el Congreso, para su posible ampliación a delitos como secuestro o corrupción.
Como podemos observar, la pena de muerte posee muchas deficiencias al estar instituida o al tratar de extenderse en nuestro país. Esta puede generar la muerte de una persona inocente, generar contradicciones en la legislación peruana, tener consecuencias desfavorables para nuestro país nacional e internacionalmente, y su ampliación, según la justificación brindada por la bancada aprista, posee muchas contradicciones y errores. La pena capital, por tanto, puede generar errores irremediables, provocar inestabilidad en las leyes, crear conflictos al Perú a nivel internacional y, sobre todo, ser injusta. Todo esto demuestra que se debe quitar la pena máxima de nuestra Constitución, en ves de tratar de ampliarla. Además, en todas estas consecuencias, el Estado es el que se gana las críticas y los problemas. Como dijo el antiguo sabio filósofo griego Sócrates: “Es peor cometer una injusticia que padecerla porque quien la comete se convierte en injusto y quien la padece no” (Jordà 2001).
Bibliografía
Ministerio de Justicia del Perú (M.J.)
2001a “Artículo 140 de la Constitución Política del Perú de 1993”
2001b “Inciso 1 del artículo 2 de la Constitución Política del Perú de 1993”
2001c “Artículo 139 de la Constitución Política del Perú de 1993”
Congreso de la Republica del Perú (C.R.)
2007 “Proyectos de Ley (Período 2006-2011)” en Página Web del Congreso de la
<http://www2.Congreso.gob.pe/Sicr/TraDocEstProc/CLProLey2006.nsf>
AGUIRRE, Katia
2005 “El ‘monstruo’ que fue al paredón pese a las dudas” [en línea].
2005 “California ejecuta al condenado a muerte al que Schwarzenegger negó clemencia”
<http://www.elpais.com/articulo/internacional/California/ejecuta/condenado/muerte/Schwarzenegger/nego/clemencia/elpporint/20051213elpepuint_4/Tes>
1988 Normas internacionales sobre Derechos Humanos. Lima: Comisión Andina de Juristas.
CHOCANO, Reiner
2004 Código penal. 5ta Edición. Lima: Editora Jurídica GRIJLEY.
Justicia Viva (J.V.)
En la Página Web del consorcio Justicia Viva.
<http://www.justiciaviva.org.pe/penademuerte.htm#articulos_opinion>
<http://www.justiciaviva.org.pe/penademuerte/cuadros_estadisticos/ejecuciones_usa.doc>
<http://www.justiciaviva.org.pe/penademuerte/cuadros_estadisticos/contracorriente.doc>
2001 “Frases de Sócrates” [en línea]. Proverbia.net. Consulta: 13 de Junio del 2007.
<http://www.proverbia.net/citasautor.asp?autor=933&page=2>
¿Lo correcto?
En el Perú, cuando una persona comienza a tener más dinero de lo que normalmente tiene, la gente piensa que se ha metido en narcotráfico. Si una persona gana un juicio, es por que ha pagado o “coimeado” al juez. Si una persona entra en un puesto de trabajo, es por que el presidente de la institución es su familiar o amigo. En Europa, los mismos casos son vistos con otros ojos; en el primero, la persona puso un negocio y le va bien; en el segundo, la persona ganó el juicio por que estudio mucho el caso y se sabe que contrato a un buen abogado; y en el último, la persona que entró al puesto lo hizo por que debe de ser una persona capacitada para el empleo. En el Perú, tal vez algunos de los casos sean como se piensa, sólo Dios lo sabe y lo castigará a su debido tiempo, pero también existen personas que si se merecen lo que han ganado. Personas correctas que han logrado con su esfuerzo conseguir este gran honor del que hablamos anteriormente, pero en el Perú se tiene la idea perversa de que si algo se hace, siempre tiene algo mal.
El honor en el Perú no tiene valor, es lamentable. Las personas contratan anuncios por radio, televisión o en el periódico, despreciando el honor de las personas sin antes investigar seriamente. Salen primeras planas injuriando el prestigio de las personas, se investiga y no se encuentran pruebas de las acusaciones. Se publica un artículo de disculpas del tamaño de una pulga comparado con el del titular, que nadie lee. Sin embargo, medio mundo ya leyó el titular equivocado. La persona agraviada desmiente todo y se plantea poner una denuncia por daño a la moral de la persona, el problema es cuanto vale el honor: ¿10.000 soles? ¿5.000 soles? ¿Por qué no más? No se puede poner un valor al honor, ese es el problema, y menos en un país donde se juega con esto como si fuera cualquier cosa.
Otro problema que vemos es la envidia. La envidia no es mala, hasta cierto punto. En Europa e incluso en otros países de Latinoamérica, si una persona envidia a otra por haber logrado una meta, esta persona se propone ser mejor y superarla con su propio esfuerzo; en cambio, en el Perú, si una persona envidia a otra trata de mentir acerca de ella, trata de encontrarle errores, ve el lado negativo, busca acusaciones que no existen, se inventa cosas y todo con tal de desprestigiar a la persona correcta. Esto se conoce como el síndrome de pobreza-idiotez: “El Perú, es el único país donde las personas que se han superado sólo son molestadas y hasta distanciadas en vez de ser admiradas como en sociedades más maduras”. Para el peruano hacer lo correcto significa hacer algo que no se debe y hacer lo incorrecto es algo que se debe hacer con mucho interés y voluntad. Por ejemplo, un estudiante debe presentar un trabajo a su tiempo, es lo correcto; sin embargo, para los estudiantes mediocres, si solo este alumno trajo el trabajo no debe presentarlo, ya que todos sus demás compañeros no lo han traído, la excusa es para que nos reprueben a todos y no solo uno apruebe. En cambio, si los mismos alumnos dicen que todos falten al colegio para ir de paseo sin permiso, algo incorrecto, pero sin embargo un alumno decide quedarse he ir al colegio, le dicen de todo, lo insultan y lo humillan. ¿Por qué? Por tratar de hacer lo correcto en un contexto donde todo parece estar de cabeza. Con esto no generalizo a todos los estudiantes peruanos, pero lo pongo de ejemplo debido a que lo he vivido.
Yo soy peruano y estoy orgulloso de serlo, he nacido y he estudiado todo el colegio en el Cusco, ahora me traslado a la capital a continuar con mis estudios universitarios, he tratado de hacer mis estudios colegiales lo más correctamente posible, y Dios me ha premiado con el ingreso a una prestigiosa universidad limeña. Lo he logrado con mi esfuerzo y dedicación, de esto son testigos mis padres. Y en el camino he encontrado a muchas personas de las que hablo en este artículo, que me han tratado de “sopa”, de “estudioso” que es algo malo para ellos e incluso que han dicho que pago a los profesores, pero ahora con mi ingreso demuestro que hacer lo correcto tiene sus recompensas pero en un contexto donde las cosas correctas si son buenas, es por eso que escribo estas líneas, pero no trato de decir que todos son así, solo trato de hacer ver los defectos que algunas personas tienen. Debemos mejorar: ¿Por que no en vez de tratar de maltratar moralmente a una persona, tratamos de superarla con nuestro esfuerzo? Espero que con este artículo, siquiera una persona cambie y así podamos mejorar nuestro país, aunque sea poco a poco.
viernes, 28 de diciembre de 2007
Carta a mi abuelo
Han pasado dieciséis largos años de mi vida. Han pasado ya mis once años en el colegio. Y justo en este instante de mi vida recordé que una persona me ha faltado en toda esta historia. Conozco a mis abuelos maternos y a mí abuela materna desde que tengo uso de razón, siempre he compartido gratos momentos con ellos, mi abuela Vilma siempre me ha instruido en el aspecto religioso, también me enseño a leer con unas grandes láminas plastificadas de Coquito que aún recuerdo y siempre que es mi cumpleaños, me cocina lo que quiero, que generalmente es una sopa de Menestrón. Mi abuelo Manuel me ha enseñado muchas cosas, desde como cortar madera hasta manejar su Toyota blanco, y siempre me cuenta historias muy bonitas de su vida que me hacen pensar e identificarme con él. Mi abuela Elena, mamá de mi papá, siempre me ha querido y aún recuerdo que ella me regaló mi primera cámara fotográfica, la cual aun tengo guardada, pero ahora ella tiene una enfermedad que le hace olvidar todos sus recuerdos, y a veces hay que presentarse cada vez que vas a visitarla.
Hace poco me fui de retiro a la casa Salesiana de Calca. Nos dieron cartas de nuestros padres, y en algunos casos de nuestros abuelos. Yo recibí cuatro cartas: una de mi papá, una de mi mamá, otra de mi abuela Vilma y otra de mi abuelo Manuel. Supuse que mi abuela Elena no pudo escribir por lo que mencione antes, pero faltaba una carta más que sabía que nunca iba a llegar, pero sabía que faltaba. Después nos dijeron que respondiéramos las cartas, yo conteste a las cuatro pero me falto contestar a una persona. Una persona que aún no estando aquí en la tierra, se que estuvo todos estos años junto a mí acompañándome espiritualmente, una persona que motivo el que haya elegido estudiar derecho, una persona de la cual solo tengo un recuerdo fotográfico, esa persona es mi abuelito Alipio, que se encuentra allá arriba en el cielo, observándome crecer y superarme.
He escuchado mucho acerca de él, muchas experiencias que me han ido contando a lo largo de mi vida mi tía Ruchi y mi papá, que dicho sea de paso no conoció muy bien a mi abuelo debido a que el murió cuando mi papá tenia solo nueve años. Incluso mi abuela Elena hace poco me contó que todos en su familia habían sido abogados e incluso su esposo, el abuelo Alipio. Esto fue uno de los motivos por los cuales he escogido estudiar derecho, mi papá es abogado, mi abuelo lo era, mi bisabuelo también lo era, y yo, el nieto mayor, deseo continuar esa tradición. Mi papá quería que yo estudie medicina, una pena, pero para eso ya tiene a mi hermano, que esta obsesionado con eso.
Toda mi familia, por parte de mi papá, al principio me decían “Pipo”, yo no sabía el motivo y hasta me molestaba pues era un niño aún y quería que me digan mi nombre, hasta que una tarde clásica de reunión familiar en la casa de mi tío Jorge, hermano de mi abuela Elena, me dijeron que era por que a mi abuelo le decían así y yo, por ser el nieto mayor, me había ganado ese apodo tan significativo que yo despreciaba.
Me han contado que mi abuelo, tenía carros de último modelo, para su época por supuesto; que se compraba una enorme pierna de vaca en el mercado y se la hacia cocinar cuando tenía su característica hambre en compañía de sus hijos, entre los cuales se encontraba Fernando, el menor de todos, mi papá. Lo que si nunca he querido y he evitado que me cuenten es acerca de su muerte. Lo único que sé es que murió cuando mi papá tenía nueve años y era imposible que nos haya conocido, ni a mí, ni a mi mamá que mucho después empezó a ser enamorada de mi papá. Pero me gusta el recuerdo que tengo de él, basado en anécdotas contadas por mi papá y mis tíos y unas cuantas fotos.
Han pasado ya más de treinta años de su muerte, pero el se encuentra en mi, ahí, en mi corazón. Yo sé que él estuvo conmigo espiritualmente durante estos años; cuando entre al colegio; cuando tenía pruebas difíciles; cuando fui a dar mi entrevista para entrar a la universidad y me preguntaron por qué quería estudiar derecho. Él no se fue lejos, él no me abandonó, él es mi ejemplo a seguir y se que siempre ha estado conmigo. Por eso es que me animé a escribir estas líneas. Espero que mi abuelo, siempre siga conmigo este camino largo que me queda por vivir y me ayude a superar los obstáculos que existan en él. Te quiero abuelito nunca me olvides.