sábado, 29 de diciembre de 2007

Antes de irme…



















El clima…
Aquí en la ciudad del Cusco, el clima es muy cambiante. Puede llover, como puede solear. Siempre es una sorpresa despertar a las seis de la mañana retirar las cortinas y observar el cielo para ver si esta de color azul con algunas nubes blancas, demasiado altas para crear siquiera una garúa o si esta de color gris con nubes demasiado bajas que pueden crear desde lloviznas hasta granizadas terribles con estruendosos relámpagos, rayos y truenos o si simplemente esta nublado y no llueve nada, también puedes esperar que a medio día, después de un día feliz de sol, se aparezcan las torrentosas nubes grises y comience a llover, creando así una lluvia con sol acompañado de un estupendo y maravilloso arco iris en el cielo de esta gran ciudad, así como también te puedes esperar un celaje rojizo anaranjado creado por el sol después del almuerzo, mientras que en la mañana de ese mismo día observaste nada más y nada menos que tu ventana se encontraba empañada y llena de gotas de lluvia. Otra de las cosas que observe, con gran alegría, en el Cusco solo dos veces en toda mi vida fue que nevó, una vez hace ya bastante tiempo, cuando solamente podía decir frases cortas y acompañaba a mis papás desde la casa de mis abuelos hasta la panadería de la vuelta y la otra cuando mi mamá se encontraba esperando a la primera princesa de la familia que llevaba en su vientre, esto no fue hace mucho, se podría decir que dos o tres años atrás. No hace mucho e incluso hoy, en verano, nos encontramos bajo lluvias de distinto tipo, lluvias solas, lluvias con granizo, garúas, lluvias normales, se podría decir, hasta que llegaron las lluvias acompañadas de truenos, relámpagos y rayos bastante cargadas que comenzaron a asustar a toda la población de esta ciudad de clima metamórfico. Este fenómeno, no solo asusta por el estruendoso sonido que ocasiona la tormenta, sino que también ya ha provocado diferentes incidentes, por ejemplo se dice que una señora se encontraba por el pueblo de San Sebastián, no muy lejos de mi casa, hablando por teléfono celular, le cayó un rayo, matándola al instante. Después, como no mencionar que después de una ráfaga de luz que ilumino todo el barrio de San Blas, se escucho un sonido increíblemente fuerte. Acabada la lluvia, los vecinos salieron a ver la plaza y alarmados se dieron cuenta de que en la parroquia del barrio, muy conocida por mí, debido a que mis padres se casaron ahí y me bautizaron en ese mismo lugar, habían desaparecido la gran cruz verde que había en la portada encima de unas piedras a manera de soporte y la parte más alta de la torre de piedra donde se encontraban las campanas, se sospecha que un rayo cayó y se llevo para siempre la cruz y las campanas junto con el armazón de piedra que las resguardaba. También me llegue a enterar que en la gigante infraestructura del poder judicial ubicada en el centro de la ciudad, por medio de mi papá que trabaja ahí, cayó un rayó que malogro conexiones telefónicas y muchas computadoras conectadas a Internet. Como era de esperarse el diario local público un anuncio diciendo que la ciudad imperial del Cusco no se encontraba preparada para estas tormentas que iban arrasando todo a su paso. Fue entonces que escuche a mi papá decir una de sus características incógnitas de la vida, algo que me hizo pensar y reflexionar un momento. El dijo: “¿Como habrá sido el clima en el tiempo de los incas?, ¿Qué hacían ellos para evitar los rayos?”. Gracias a los conocimientos de mi colegio traje al instante a mi memoria que los incas dentro de su teología adoraban al rayo como a muchos fenómenos meteorológicos más. Supuse en ese instante que cuando un rayó caía y mataba a una persona, ellos pensaban que era un castigo del adorado rayó y no se preocupaban más en el asunto, pero después pensé mejor y me propuse consultarle sobre el asunto a mi tío que es un experto en el Incanato, lastimosamente aun me queda la duda porqué no me reuní con el hasta la fecha. Este clima es increíble desde el punto de vista de un experto en meteorología, la ciudad del Cusco es increíblemente maravillosa por poseer un clima como este y los cuzqueños tenemos la suerte de encontrarnos en una ciudad increíble no solamente por sus monumentos y riquezas culturales sino que también poseemos uno de los climas más raros de, no solo América latina, sino también del mundo, pero lamentablemente los cuzqueños a veces nos encontramos como victimas de este variante clima. Cuando se propone una parrillada al aire libre en una casa cuzqueña se corre el riesgo de poder posponer la misma debido a la lluvia, incluso en las actuaciones de mi colegio recuerdo claramente la voz de nuestro profesor más antiguo diciendo que gracias a Don Bosco y a Maria Auxiliadora tenemos un clima soleado para nuestro desfile, el día de la madre, el día del padre o alguna misa por algún difunto o fiesta de la iglesia. Yo mismo he sido victima del variable clima del Cusco, cuando iba a salir con alguna amiga o amigo, o con mi misma enamorada y llovía, no me quedaba más que cancelar la cita y quedarme a leer, ver televisión o entrar a la computadora, totalmente aburrido, en mi casa. Este clima podrá poseer sus malos aspectos, pero también debemos reconocer lo bueno, que cuzqueño no ha aprovechado un día de sol para bañarse en alguna piscina o río o simplemente lanzarse baldazos de agua en febrero donde la costumbre es mojarse, refrescándose así de este sol cuzqueño que a veces calienta, y a veces quema. O que cuzqueño no ha aprovechado un día de lluvia para quedarse en casa a tomar chocolate caliente junto a su familia. Muy pocas ciudades, casi ninguna poseen este clima tan raro, me comento alguien de mi familia no hace mucho, nosotros tenemos la dicha de poseerlo y hay que saber aprovecharlo y disfrutarlo.

Los sitios…
Aquí en la ciudad del Cusco, las distancias son bastante cortas y se considera que es una ciudad pequeña en comparación con otras ciudades del mundo. Sin embargo, aquí nací y puedo decir que he llegado a conocer muchas de las calles, no todas, del Cusco. Esto se debe a paseos familiares cuando era chico con mis padres y también a mis innumerables salidas con amigos y amigas, a pasear por esta ciudad imperial. Tengo tantos recuerdos que no se por donde empezar. Comenzare por el recorrido a mi colegio en carro, bueno desde que tengo seis años hacia ese recorrido, hasta hace poco que he salido del colegio. Era, desde mi casa en el distrito de San Sebastián, muy lejano a mi colegio, hasta el colegio Salesiano que se encuentra muy cerca de Sacsayhuaman subiendo la calle Suecia, que a veces subía a pie y la otra manera de llegar, que pocas veces utilice, era subiendo la cuesta de amargura para llegar después de subir muchas escaleras de piedra hasta mi colegio. Recuerdo también los tantos paseos a Sacsayhuaman, Siete bateas, El Balcón del Diablo, tantos lugares a los que fui en mis años de escolar. Bueno, lo que sigue en mis recuerdos es un lugar muy característico del Cusco, la plaza de armas. En ella viví infinitos encuentros con amigas y amigos para seguir caminando por el centro de la ciudad, cada vez que me sentaba a esperar la llegada siempre tardía de mis acompañantes del día, debido a la mala costumbre que tenemos de presentarnos media hora después de la hora marcada, pensaba, observaba la plaza, la catedral al medio, a un lado la compañía de donde tengo el recuerdo de la mejor foto que tengo, me la tomo mi amiga Paloma, que se convertiría hace poco en mi pareja de promoción. Observaba también a la gente que pasaba, cuando empezaba a caminar observaba la placa a lado de la famosa pileta, que siempre fue el indicador para encontrarme con mis amigos, donde se lee el nombre de mi pariente en reconocimiento a su ayuda para el empedrado de la plaza mayor. Como olvidarme de ese febrero en el cual con mi amigo Joan recorrimos el Cusco buscando gente a la cual mojar, terminando a las cuatro de la tarde empapados en la plaza, totalmente cansados y sin dinero por habernos gastado todo en globos y espuma. Lo que también será difícil de borrar de mi memoria fue cuando mi papá me contó la historia de la Maria Angola (la campana), de cómo ese fotógrafo por tratar de tomar la mejor foto de esa gigante campana, se cayó del campanario quedando totalmente muerto en el piso muy cerca de la catedral. No podré olvidar nunca los lunes santos de todos los años, cuando con mi familia, aunque estuve muchas veces de mal humor y cansado, fuimos a recibir la bendición de El Señor de los Temblores que siempre nos protege durante todo el año, nunca olvidare tampoco los desayunos en el ayllu, al que íbamos todos los cumpleaños de la familia, donde me pedía siempre lo mismo a pesar de las criticas de mi papá. Del centro de la ciudad puedo decirles que muchos nombres se me pasan por la cabeza; San Andrés, Pardo, Sol, Suecia, Mantas, Márquez, Matara, Ayacucho, Almagro, Espaderos, Heladeros, Saphy, Procuradores, Maruri, Sta. Catalina, la cuesta del almirante, San Agustín, la plaza nazarenas, la plaza regocijo, la plaza San Francisco, la plaza de San Blas, la plaza de San Cristóbal y muchas otras, cada una con su respectivo recuerdo, por ejemplo, en Procuradores comprábamos pulseras con mis amigos, también material para hacerlas. En Maruri me bajaba del combi para ir a la plaza de armas al encuentro de alguna amiga a la que había pedido permiso para dar un paseo, y así muchos recuerdos que se pasean por mi mente, también recuerdo el Qoricancha, el museo inca de mi tío Jorge y tantos sitios turísticos del Cusco. Saliendo poco a poco del centro, tenemos Tullumayu y Limacpampa, donde se encuentra el paradero para ir al ICPNA, donde estudie ingles durante toda mi secundaria, y donde conocí a la mayoría de mis amigos y amigas, siempre me quedara en la memoria cuando con mi amigo Joan, un verano fuimos y nos pusimos a llenar globos frente al instituto y cuando las chicas salían les caía una lluvia de globos de agua. Seguidamente recuerdo “Qantu” donde me enseñaron a tocar guitarra, que se ubica en la casa de mi profesora de Coro, que nunca olvidare, Flor Canelo, en el barrio de Lucrepata. También recuerdo que camine bajando Tullumayu hacia Pachacutec, por Ttio a rescatar a una amiga a la que le habían robado y no tenia dinero, además que por ahí se encuentra “El Molino” donde iba con mi familia a comprar distintos objetos para nosotros, me acuerdo de la casa de mi tío Jorge en Huancaro donde pasamos toda la familia de mi papá reunida por algún motivo de fiesta o simplemente porqué nos invitan a comer. Mencionar la casa de mis abuelos en San Andrés si me produce un sinfín de recuerdos, desde cuando era un chico y vivíamos ahí, hasta ahora que vamos cada vez que visitamos a mi tía Ruth y mi abuelita Elena. En la avenida Sol se encuentra la oficina de mi papá, en la cual ya no trabaja más porqué obtuvo el cargo de Vocal y se traslado desde ese momento al poder judicial que se encuentra más arriba de la misma avenida, en esta oficina de mi papá trabajan sus amigos y compañeros, que alguna vez trabajaron y se asociaron con él. Ahora esa oficina espera a que termine mis estudios de derecho y vuelva a ejercer mi futura profesión. Un distrito que conocí muy poco fue Santiago, solamente conocí en cementerio y la casa de mi amigo Alejandro que queda a la vuelta del cementerio. También solo conocí de la parte baja de este distrito el aeropuerto y la casa de mis amigos Joan y Jaffet mucho más lejos del aeropuerto, en el límite muy raro entre San Sebastián y Santiago. Siguiendo el recorrido turístico imaginario de recuerdos que estoy proporcionando se encuentra el mercado de Wanchac, donde solía tomar jugo y comer lechón en porciones con mis papás cuando los acompañaba a las compras. Por ahí se encuentra el colegio La Salle donde jugamos campeonatos de Voley por mi colegio, los cuales sorprendentemente ganamos creando el único tricampeonato de Voley de mi colegio. Más abajo se encuentra el Estadio Gracilazo, donde fui a ver con mi papá y mi hermano, al equipo de la ciudad, el Cienciano, que nos trajo alegrías, penas, decepciones y glorias. Por esa misma zona se encuentra la plaza Tupac Amaru, en donde me encontré innumerables veces con mi enamorada, con la que estaba en distintos tiempos. En la avenida de la cultura tengo demasiadas experiencias para contarlas, desde el billar donde jugábamos con mis amigos a pesar de las prevenciones de que nos arresten, hasta paseos agarrados de la mano con alguna chica. Hacia arriba se encuentra la urbanización de Mariscal Gamarra por la cual pasee por las casas de mis amigos o con alguna amiga para conversar y por la parte baja esta la piscina de Wanchac en donde nos juntábamos siempre con mis amigos para ejercitarnos un poco. Después están la casa de mis abuelos maternos donde pasee muchas cosas junto a ellos, desde mi niñez hasta ahora, mis navidades, cumpleaños y festividades, y también el parque zonal y el coliseo donde vivimos con mis compañeros y amigos, la experiencia de la inauguración de los juegos de Adecore, en las cuales siempre terminábamos peleando con algún colegio del consorcio y siendo aplaudidos por algún colegio de señoritas, que casi siempre era Santa Rosa, a pesar de mi preferencia por Santa Ana. Ahora que tocamos el tema, nunca olvidare todas las veces que fuimos a la salida de algún colegio con mis amigos; Santa Ana, Maria de la Merced o Maria Auxiliadora, nunca fui a Santa Rosa, gracias a Dios. Bueno lo que sigue en el recorrido es Marcavalle y Magisterio. Solo pase por la parte de la avenida de la cultura de estos sectores y un pequeño paseo por el parque de Marcavalle. Después San Sebastián, esta zona si que no la conocí hasta hace poco, que motivos del corazón me obligaron a recorrer esos lares. Tenemos la parte de la vía expresa que facilita el recorrido de los automóviles hacía el centro, al menos es lo que las autoridades creen porqué en realidad esta muy maltratada la pista y llena de huecos. Y la parte del pueblo infestada de bares y quintas que lamentablemente observe en diversos viajes a la casa de Gabriela, una amiga, por así decirlo. Camino a mi casa no se puede observar más cosas interesantes, casi todo es casas y negocios que no tienen importancia. Hasta llegar a la comisaría del séptimo paradero, donde algunas veces sentó denuncias, mi papá, por que nos chocaron o la vez que le cayó una escalera encima al carro y reventó el parabrisas. Desde este punto a mi casa no hay tampoco mucho que apreciar, a menos que este olvidando algo. Así llegamos a Coviduc, la urbanización donde queda mi casa en el lote F, número 8. La cual no olvidare tampoco por todas las “pichangas” de fútbol con mis vecinos. Esto es todo lo que recuerdo después de toda una mañana de escribir frente a la computadora, con mi mapa del Cusco al costado, si omito algo, el tiempo lo dejara saber. Estoy orgulloso de haber vivido toda la vida hasta ahora aquí y prueba de eso son todos estos recuerdos.

La comida...
Aquí en la ciudad del Cusco, la comida, según todo cuzqueño que se va lejos dice que es especial. Aunque mi papá dice que de los ciento cincuenta platos distintos que cocina mi mamá con excelente toque a mi no me gustan ciento cuarenta y nueve, ahora le puedo demostrar lo contrario. Después de una charla con mi mamá he llegado a enumerar once platos y platillos originales del Cusco o que tienen su característica especial aquí. Entre ellos tenemos el choclo con queso, no siempre me ha gustado el choclo, pero últimamente he estado probando y he llegado a la conclusión, según mi papá loca, de que a mi me gusta el choclo salado, por eso cuando mi mamá se esmera en darnos el choclo más tierno del mercado después de una larga discusión de una hora con la señora que vende el choclo, yo le echo sal, pero me gusta y que hablar del queso, me encanta. Otro plato que nombramos es el Chairo, con “tripitas”, con papa, con carne, verduras (que no me gustan) todo junto tiene un sabor inigualable, lo único que detesto del Chairo es el zapallo, por lo tanto me encanta. El siguiente plato en la lista es el Adobo, lo que me gusta de este plato es la carne suave del chancho y comer el caldo picantito con el pan Huaro que caracteriza a esta ciudad, siempre recordare como una vez mi papá me dijo que era lo hora del Adobo y fuimos a comer en “el Perol” restaurante donde podías comer Adobo, Milanesa de pollo, Chicharrón, Chuleta de cerdo o Anticuchos. Además en la casa de mi mami, así le digo a mi abuela materna, preparan adobo de vez en cuando y nos invitan. Según mi papá y muchas otras personas Saylla es el mejor lugar para comer un Chicharrón, el siguiente plato en nuestra lista. El Chicharrón es muy delicioso, no entiendo porqué mi papá dice que no me gusta nada del Cusco, con respecto a comida. Lo siguiente en la lista es un plato que solo se puede comer, por ser época, en Febrero, es el Timpu. Plato que consiste en una mezcla de sabores de papa, yuca, moraya, arroz, garbanzo, repollo y carnes. La última vez que comí este plato fue un capricho de mi prima Mireya que vive en Lima, y lo comí en enero, no pude terminar debido a la tremenda cantidad de repollo que me tocó, pero la carne y la yuca en realidad son deliciosas. Otro plato, totalmente cuzqueño que me dio por conveniente mencionar es el Chiriuchu, que traduciendo del Quechua quiere decir plato frió y picante. Consiste en cuy, cecina, torrejita, queso, huevera de pescado (eso creo), yuyo, gallina, salchicha y cau cau, esto solo se come en una determinada fecha en el Cusco, por Corpus Christi, festividad en la cual sacan a pasear distintas figuras de santos ubicados por toda la ciudad en la plaza de armas. Mi patrón preferido es el Patrón Santiago que viene desde Santiago, irónicamente el distrito que casi no conozco. Pero bueno, este plato siempre lo he comido, desde que tengo uso de razón. Otro plato que he mencionado es el Lechón con Tamal, que se come el primero de noviembre aquí en la ciudad de los incas, este plato es indiscutiblemente delicioso, aunque nunca me haya gustado el tamal, sea dulce o salado. Por estas fechas también se regala el pan Huahua y Caballo, huahuas a las niñas y caballos a los niños, aunque la verdad mi abuelo siempre nos ha tratado de niños a todos y siempre nos trae nuestro pan caballo a mi hermano, a mi papá y a mi, y a mi mamá su pan huahua y ahora a Sofía también su pan huahua. Estos panes son uno de los platillos cuzqueños que me gustan. El próximo plato es el Kapchi de Zetas, que mi mamá prepara cuando es época de zetas, desde que era muy pequeño tengo en la mente la historia, fabula o leyenda de las zetas, pequeños y grandes hongos comestibles. Se dice que donde cae un rayo crecen las zetas, hasta ahora no lo he comprobado, por eso no se si decirle historia o leyenda. Las empanadas de semana santa son empanaditas, hasta ahora no entiendo porqué, planas y largas dulces con confite encima. Son increíblemente deliciosas, recuerdo muy bien estas empanadas porqué si viene algún pariente limeño siempre se lleva un paquete repleto de estas. Mi último plato por mencionar son las Huatias, es increíble el sabor de unas papás horneadas recién salidas del horno de tierra que me ha enseñado a preparar mi papá, con su queso y ají. Ese es el plato cuzqueño que más voy a extrañar cuando me valla y el onceavo de esta lista. Ahora cabe mencionar el único plato que no me gusta o que recordé que no me gusta, el cuy, no por su sabor sino por la dificultad al tratar de comerlo. Bueno ahora le demostré a mi papá que no detesto todas las comidas de mi mamá. Y menos porqué ella las prepare, sino que algunos ingredientes no me gustan, pero en general si me gustan los platos cuzqueños.

Mi familia…
Aquí en la ciudad del Cusco, tengo una familia, muy unida que me ha ayudado a crecer en valores y en personalidad, pero sobre todo que me ha brindado su amor. Yo me llamó Javier André Murillo Chávez, Javier por ser nombre de Diplomático, lo que seré en el futuro, gracias Claudi; André por Lady Oscar, una serie Japonesa, gracias mamá. Murillo por Alipio y Elena, por Luchin, Ruchi, Pompo y Maly; Chávez por Víctor y Vilma, por Chechi, Coco y mi Ñaña. Todos ellos me han enseñado, junto a mis hermanos Franco y Sofía, que en la vida se encontraran muchas cosas, obstáculos, sacrificios, separaciones, despedidas, penas, alegrías, glorias y decepciones, pero después de todo debemos seguir y tratar de conseguir nuestros sueños, ahora me toca una despedida pero todo sea por mis sueños, Nos vemos pronto… los quiero.



1 comentario:

Claudia Castro dijo...

Javi, bue articulo...me hubiera servido de mucho antes de ir a Cusco....igual tendre todo en cuenta pra la proxima vez....


Diseño del artista cusqueño Jorge Flores Najar, mi querido Tío.