sábado, 29 de diciembre de 2007

“Gracias”


















La Gratitud es un valor perdido por casi todas las personas. Unos solo expresamos un “Gracias” vacío y sin sentido, otros ya ni se dan la molestia de expresarlo. Dar las gracias, significa mucho más que decir una o dos palabras. Estar agradecidos es muy importante, pero también el saber expresarlo de manera correcta. La gratitud no solo son meras palabras, estar agradecidos con alguien se demuestra, no con palabras, sino con acciones. La mejor forma de agradecer a las personas que nos han ayudado es estar dispuestos a devolver el favor en cuanto estas personas lo necesiten.

Yo, como alumno salesiano, he cursado once años en el colegio. Y agradezco, de todo corazón, a todas las personas que me han instruido a lo largo de estos largos años. Como persona, agradezco a Dios haberme dado la vida y haberme dado una grandiosa familia; agradezco a mis padres, que me han enseñado mucho y me han guiado en este largo camino; agradezco a mis hermanos que me han dado muchas alegrías, especialmente la sonrisa que me dirige mi pequeña hermana cada vez que vuelvo del colegio, pero yo no agradezco solamente diciéndoles gracias. Yo les agradezco esforzándome en los estudios para que mis profesores no piensen que han perdido el tiempo conmigo, yo agradezco a Dios tratando de acudir a misa constantemente, yo agradezco a mis padres estudiando mucho para que se sientan orgullosos de mí y por último, yo agradezco a mis hermanos, tratando de ser un modelo a seguir, estudiando y haciendo lo correcto.

Como pueden ver, no se agradece solo con palabras, tampoco con grandes acciones o regalos. Se debe agradecer con acciones significativas que ayuden a otras personas. La gratitud debería nacer de nosotros mismos, pero se ha perdido este valor y ahora es nuestra tarea recuperarlo. No es una obligación, pero si tuviéramos la costumbre de expresar nuestra gratitud, sería algo que nos saldría natural cuando alguien nos hiciera un favor. Nadie, en la vida, te va a pedir que le agradezcas por un favor u otra cosa, pero tu al demostrar tu agradecimiento, le haces ver que si aprecias lo que ha hecho por ti y esa persona estará dispuesta a siempre ayudarte y apoyarte en lo que necesites o con lo que necesites.

Todos deberíamos agradecer. Es algo que no cuesta nada, si no podemos agradecer con nuestras acciones, por ejemplo, al vendedor de un mercado que nos da sus productos. ¿No se merece ese vendedor un “Gracias” por habernos proveído de un producto? Agradecer no es obligatorio, es cierto, pero se debería ser agradecido por muchas de las cosas que tenemos. La hoja de papel en la cual este ensayo esta escrito, la tinta con la que se escribió este texto, el tiempo que se dedico a la elaboración de estas líneas, todo esto debería ser agradecido.

Don Bosco nos ha enseñado desde el principio a ser agradecidos como el lo fue, con Dios y con Maria, nuestra madre, también. Por que gracias a ellos nosotros nos encontramos aquí, vivos, leyendo estas líneas. Debemos ser agradecidos hasta el extremo, por que no es malo estar demasiado agradecido. Como dice el escritor francés Jean de la Bruyère: “Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud”.

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Diseño del artista cusqueño Jorge Flores Najar, mi querido Tío.