sábado, 29 de diciembre de 2007

Corazones en espera

















En esta oportunidad escribe un cuzqueño de nacimiento y de corazón que; sin embargo, se encuentra escribiendo este pequeño artículo desde la triste, fría y húmeda capital, por motivos de fuerza mayor: el estudio. Me encuentro aquí estudiando para lograr un “buen futuro”, según dicen. Desde Julio, vivo con un amigo que conozco desde el colegio, mi mejor amigo para aclarar, en su departamento ubicado en el décimo piso de un edificio ubicado, a su vez, en una transitada avenida limeña. Hace poco tuvimos una reunión de promoción improvisada en el departamento de mi querido amigo Jaffet, donde vivo, y llegamos a ser nueve los que nos reunimos en la Capital lejos de nuestro antiguo colegio en el Cusco, faltando algunos que no pudieron venir. Por eso es que me di cuenta de que somos muchos los cuzqueños y si queremos generalizar como comúnmente lo hacen los limeños, somos muchos los provincianos que nos encontramos estudiando en la Capital o en otras ciudades del país para lograr un “mejor futuro”, según dicen. El tiempo que llevo aquí me ha demostrado que no hay lugar como el hogar y la tierra donde uno nace, cada persona se encuentra familiarizada y encariñada con sus calles, sus barrios, sus plazas, sus lugares; además, sus amigos, su familia e, incluso, el amor de su vida pueden encontrarse ahí en su tierra. Todo esto es lo que dejamos, lo que sacrificamos, lo que en Economía, curso que llevo actualmente, se llama el costo de oportunidad de “buscar un mejor futuro”, según dicen. Personalmente, extraño a mi familia, la cual debe estar muy preocupada y atenta por mi; a mis amigos y, en general, también extraño mi ciudad, mis calles y su tan linda Plaza de Armas, que me llena de recuerdos y lagrimas cuando la veo en algún noticiero capitalino. Puedo asegurarles que, sentimentalmente, es muy distinto bajar de un décimo piso que cruzar el verde patio de mi casa en Cusco, cuando salgo a la calle. Además, estoy seguro de que muchos de mis compañeros y otros chicos que venimos de provincias sentimos lo mismo. Vivir en la capital o en otra ciudad es duro, no solo por el nivel de estudio que se exige aquí, sino también por la carga de sentimientos que tienes encima por dejar todo lo que tenías cerca de ti y tu corazón. Muchas personas, aquí, en la Capital tienen una idea equivocada de lo que es el Cusco, nos preguntan: En el Cusco, ¿Tienen servicio de televisión por cable?, ¿Internet?, ¿Tu casa está cerca de Machu Picchu? Y más preguntas por el estilo que hacen ver al Cusco como un pueblito más. Nos toman, aclaro sólo “algunas” personas, como personas distintas a ellos, lo cual puedo asegurar: somos distintos. Algunos piensan que el Cusco es una ciudad apartada de todo y la verdad es que es uno de los lugares más lindos y acogedores del mundo entero y posee, me atrevo a decir, cosas más agradables que esta fría y triste capital del Perú, no solo fría por sus enormes edificios, sino porque aquí la primavera, por ejemplo, se pasó con un cielo color “panza de burro” y con la sensación del agua de mar en la cara. Sin embargo, una de las cosas que faltan en nuestro Cusco y el motivo por el cual muchos de mis compañeros, amigos y amigas han partido hacia otras ciudades es la calidad de enseñanza universitaria; sin querer dañar el gran prestigio de las universidades cuzqueñas, no se puede estudiar en una universidad que tiene huelgas cada cinco días y en otra que no tenga un buen plan de estudios y resentimientos personales no académicos contra ciertas personas: el peso de una ciudad en donde todos se conocen. Siento decir esto, como cuzqueño que soy, pero esa es mi opinión, la única que me dan las universidades del Cusco y creo que la mayoría de mis amigos que se encuentran fuera de su ciudad, la comparten conmigo. Sin embargo, al punto que quiero llegar es que estas circunstancias nos generan problemas no solo económicos, sino también de carga sentimental; el salir de nuestra tierra hacia una desconocida Lima, Piura o Arequipa; o tal vez más lejos como Bolivia, Chile o Argentina; nos hacen dejar a nuestros seres queridos con el corazón en la boca, preocupados por nosotros. Los tiene con el “corazón en espera”. En espera de nuestro retorno en cada vacación, en espera del retorno con nuestro “mejor futuro”, según dicen, en las manos y, en otros casos más dolorosos, en espera de nuestra llamada decidiendo quedarnos en las vacaciones o talvez a vivir definitivamente en esa ciudad desconocida y lejana de nuestro hogar por la búsqueda de ese “mejor futuro”, dejando, así, nuestro verdadero hogar. Peor es el destino de otros que se alejan del Perú, como mi gran amigo Alejandro, que leerá este artículo por el correo electrónico, ya que se encuentra en Austria. Él, en una de las tantas conversaciones que tenemos por la Internet, me reveló que, probablemente, cuando llegue a su “Cusquito” llorará porque no se puede comparar una ciudad tan linda como la nuestra con un país desconocido. Lo nuestro es lo nuestro. Finalmente, para concluir este breve artículo me gustaría recordar una frase de la canción de León Gieco “Solo le pido a Dios” y adherir mi deseo personal a este fragmento, que dice: “Solo le pido a Dios, que el futuro no me sea indiferente, desahuciado está el que tiene que marchar, a vivir una cultura diferente”. Porque eso es lo que se hace cuando se vive en otra ciudad: vivir una cultura diferente y condenarse a extrañar por siempre su querida tierra, como en mi caso: mi querido Cusco.



Antes de irme…



















El clima…
Aquí en la ciudad del Cusco, el clima es muy cambiante. Puede llover, como puede solear. Siempre es una sorpresa despertar a las seis de la mañana retirar las cortinas y observar el cielo para ver si esta de color azul con algunas nubes blancas, demasiado altas para crear siquiera una garúa o si esta de color gris con nubes demasiado bajas que pueden crear desde lloviznas hasta granizadas terribles con estruendosos relámpagos, rayos y truenos o si simplemente esta nublado y no llueve nada, también puedes esperar que a medio día, después de un día feliz de sol, se aparezcan las torrentosas nubes grises y comience a llover, creando así una lluvia con sol acompañado de un estupendo y maravilloso arco iris en el cielo de esta gran ciudad, así como también te puedes esperar un celaje rojizo anaranjado creado por el sol después del almuerzo, mientras que en la mañana de ese mismo día observaste nada más y nada menos que tu ventana se encontraba empañada y llena de gotas de lluvia. Otra de las cosas que observe, con gran alegría, en el Cusco solo dos veces en toda mi vida fue que nevó, una vez hace ya bastante tiempo, cuando solamente podía decir frases cortas y acompañaba a mis papás desde la casa de mis abuelos hasta la panadería de la vuelta y la otra cuando mi mamá se encontraba esperando a la primera princesa de la familia que llevaba en su vientre, esto no fue hace mucho, se podría decir que dos o tres años atrás. No hace mucho e incluso hoy, en verano, nos encontramos bajo lluvias de distinto tipo, lluvias solas, lluvias con granizo, garúas, lluvias normales, se podría decir, hasta que llegaron las lluvias acompañadas de truenos, relámpagos y rayos bastante cargadas que comenzaron a asustar a toda la población de esta ciudad de clima metamórfico. Este fenómeno, no solo asusta por el estruendoso sonido que ocasiona la tormenta, sino que también ya ha provocado diferentes incidentes, por ejemplo se dice que una señora se encontraba por el pueblo de San Sebastián, no muy lejos de mi casa, hablando por teléfono celular, le cayó un rayo, matándola al instante. Después, como no mencionar que después de una ráfaga de luz que ilumino todo el barrio de San Blas, se escucho un sonido increíblemente fuerte. Acabada la lluvia, los vecinos salieron a ver la plaza y alarmados se dieron cuenta de que en la parroquia del barrio, muy conocida por mí, debido a que mis padres se casaron ahí y me bautizaron en ese mismo lugar, habían desaparecido la gran cruz verde que había en la portada encima de unas piedras a manera de soporte y la parte más alta de la torre de piedra donde se encontraban las campanas, se sospecha que un rayo cayó y se llevo para siempre la cruz y las campanas junto con el armazón de piedra que las resguardaba. También me llegue a enterar que en la gigante infraestructura del poder judicial ubicada en el centro de la ciudad, por medio de mi papá que trabaja ahí, cayó un rayó que malogro conexiones telefónicas y muchas computadoras conectadas a Internet. Como era de esperarse el diario local público un anuncio diciendo que la ciudad imperial del Cusco no se encontraba preparada para estas tormentas que iban arrasando todo a su paso. Fue entonces que escuche a mi papá decir una de sus características incógnitas de la vida, algo que me hizo pensar y reflexionar un momento. El dijo: “¿Como habrá sido el clima en el tiempo de los incas?, ¿Qué hacían ellos para evitar los rayos?”. Gracias a los conocimientos de mi colegio traje al instante a mi memoria que los incas dentro de su teología adoraban al rayo como a muchos fenómenos meteorológicos más. Supuse en ese instante que cuando un rayó caía y mataba a una persona, ellos pensaban que era un castigo del adorado rayó y no se preocupaban más en el asunto, pero después pensé mejor y me propuse consultarle sobre el asunto a mi tío que es un experto en el Incanato, lastimosamente aun me queda la duda porqué no me reuní con el hasta la fecha. Este clima es increíble desde el punto de vista de un experto en meteorología, la ciudad del Cusco es increíblemente maravillosa por poseer un clima como este y los cuzqueños tenemos la suerte de encontrarnos en una ciudad increíble no solamente por sus monumentos y riquezas culturales sino que también poseemos uno de los climas más raros de, no solo América latina, sino también del mundo, pero lamentablemente los cuzqueños a veces nos encontramos como victimas de este variante clima. Cuando se propone una parrillada al aire libre en una casa cuzqueña se corre el riesgo de poder posponer la misma debido a la lluvia, incluso en las actuaciones de mi colegio recuerdo claramente la voz de nuestro profesor más antiguo diciendo que gracias a Don Bosco y a Maria Auxiliadora tenemos un clima soleado para nuestro desfile, el día de la madre, el día del padre o alguna misa por algún difunto o fiesta de la iglesia. Yo mismo he sido victima del variable clima del Cusco, cuando iba a salir con alguna amiga o amigo, o con mi misma enamorada y llovía, no me quedaba más que cancelar la cita y quedarme a leer, ver televisión o entrar a la computadora, totalmente aburrido, en mi casa. Este clima podrá poseer sus malos aspectos, pero también debemos reconocer lo bueno, que cuzqueño no ha aprovechado un día de sol para bañarse en alguna piscina o río o simplemente lanzarse baldazos de agua en febrero donde la costumbre es mojarse, refrescándose así de este sol cuzqueño que a veces calienta, y a veces quema. O que cuzqueño no ha aprovechado un día de lluvia para quedarse en casa a tomar chocolate caliente junto a su familia. Muy pocas ciudades, casi ninguna poseen este clima tan raro, me comento alguien de mi familia no hace mucho, nosotros tenemos la dicha de poseerlo y hay que saber aprovecharlo y disfrutarlo.

Los sitios…
Aquí en la ciudad del Cusco, las distancias son bastante cortas y se considera que es una ciudad pequeña en comparación con otras ciudades del mundo. Sin embargo, aquí nací y puedo decir que he llegado a conocer muchas de las calles, no todas, del Cusco. Esto se debe a paseos familiares cuando era chico con mis padres y también a mis innumerables salidas con amigos y amigas, a pasear por esta ciudad imperial. Tengo tantos recuerdos que no se por donde empezar. Comenzare por el recorrido a mi colegio en carro, bueno desde que tengo seis años hacia ese recorrido, hasta hace poco que he salido del colegio. Era, desde mi casa en el distrito de San Sebastián, muy lejano a mi colegio, hasta el colegio Salesiano que se encuentra muy cerca de Sacsayhuaman subiendo la calle Suecia, que a veces subía a pie y la otra manera de llegar, que pocas veces utilice, era subiendo la cuesta de amargura para llegar después de subir muchas escaleras de piedra hasta mi colegio. Recuerdo también los tantos paseos a Sacsayhuaman, Siete bateas, El Balcón del Diablo, tantos lugares a los que fui en mis años de escolar. Bueno, lo que sigue en mis recuerdos es un lugar muy característico del Cusco, la plaza de armas. En ella viví infinitos encuentros con amigas y amigos para seguir caminando por el centro de la ciudad, cada vez que me sentaba a esperar la llegada siempre tardía de mis acompañantes del día, debido a la mala costumbre que tenemos de presentarnos media hora después de la hora marcada, pensaba, observaba la plaza, la catedral al medio, a un lado la compañía de donde tengo el recuerdo de la mejor foto que tengo, me la tomo mi amiga Paloma, que se convertiría hace poco en mi pareja de promoción. Observaba también a la gente que pasaba, cuando empezaba a caminar observaba la placa a lado de la famosa pileta, que siempre fue el indicador para encontrarme con mis amigos, donde se lee el nombre de mi pariente en reconocimiento a su ayuda para el empedrado de la plaza mayor. Como olvidarme de ese febrero en el cual con mi amigo Joan recorrimos el Cusco buscando gente a la cual mojar, terminando a las cuatro de la tarde empapados en la plaza, totalmente cansados y sin dinero por habernos gastado todo en globos y espuma. Lo que también será difícil de borrar de mi memoria fue cuando mi papá me contó la historia de la Maria Angola (la campana), de cómo ese fotógrafo por tratar de tomar la mejor foto de esa gigante campana, se cayó del campanario quedando totalmente muerto en el piso muy cerca de la catedral. No podré olvidar nunca los lunes santos de todos los años, cuando con mi familia, aunque estuve muchas veces de mal humor y cansado, fuimos a recibir la bendición de El Señor de los Temblores que siempre nos protege durante todo el año, nunca olvidare tampoco los desayunos en el ayllu, al que íbamos todos los cumpleaños de la familia, donde me pedía siempre lo mismo a pesar de las criticas de mi papá. Del centro de la ciudad puedo decirles que muchos nombres se me pasan por la cabeza; San Andrés, Pardo, Sol, Suecia, Mantas, Márquez, Matara, Ayacucho, Almagro, Espaderos, Heladeros, Saphy, Procuradores, Maruri, Sta. Catalina, la cuesta del almirante, San Agustín, la plaza nazarenas, la plaza regocijo, la plaza San Francisco, la plaza de San Blas, la plaza de San Cristóbal y muchas otras, cada una con su respectivo recuerdo, por ejemplo, en Procuradores comprábamos pulseras con mis amigos, también material para hacerlas. En Maruri me bajaba del combi para ir a la plaza de armas al encuentro de alguna amiga a la que había pedido permiso para dar un paseo, y así muchos recuerdos que se pasean por mi mente, también recuerdo el Qoricancha, el museo inca de mi tío Jorge y tantos sitios turísticos del Cusco. Saliendo poco a poco del centro, tenemos Tullumayu y Limacpampa, donde se encuentra el paradero para ir al ICPNA, donde estudie ingles durante toda mi secundaria, y donde conocí a la mayoría de mis amigos y amigas, siempre me quedara en la memoria cuando con mi amigo Joan, un verano fuimos y nos pusimos a llenar globos frente al instituto y cuando las chicas salían les caía una lluvia de globos de agua. Seguidamente recuerdo “Qantu” donde me enseñaron a tocar guitarra, que se ubica en la casa de mi profesora de Coro, que nunca olvidare, Flor Canelo, en el barrio de Lucrepata. También recuerdo que camine bajando Tullumayu hacia Pachacutec, por Ttio a rescatar a una amiga a la que le habían robado y no tenia dinero, además que por ahí se encuentra “El Molino” donde iba con mi familia a comprar distintos objetos para nosotros, me acuerdo de la casa de mi tío Jorge en Huancaro donde pasamos toda la familia de mi papá reunida por algún motivo de fiesta o simplemente porqué nos invitan a comer. Mencionar la casa de mis abuelos en San Andrés si me produce un sinfín de recuerdos, desde cuando era un chico y vivíamos ahí, hasta ahora que vamos cada vez que visitamos a mi tía Ruth y mi abuelita Elena. En la avenida Sol se encuentra la oficina de mi papá, en la cual ya no trabaja más porqué obtuvo el cargo de Vocal y se traslado desde ese momento al poder judicial que se encuentra más arriba de la misma avenida, en esta oficina de mi papá trabajan sus amigos y compañeros, que alguna vez trabajaron y se asociaron con él. Ahora esa oficina espera a que termine mis estudios de derecho y vuelva a ejercer mi futura profesión. Un distrito que conocí muy poco fue Santiago, solamente conocí en cementerio y la casa de mi amigo Alejandro que queda a la vuelta del cementerio. También solo conocí de la parte baja de este distrito el aeropuerto y la casa de mis amigos Joan y Jaffet mucho más lejos del aeropuerto, en el límite muy raro entre San Sebastián y Santiago. Siguiendo el recorrido turístico imaginario de recuerdos que estoy proporcionando se encuentra el mercado de Wanchac, donde solía tomar jugo y comer lechón en porciones con mis papás cuando los acompañaba a las compras. Por ahí se encuentra el colegio La Salle donde jugamos campeonatos de Voley por mi colegio, los cuales sorprendentemente ganamos creando el único tricampeonato de Voley de mi colegio. Más abajo se encuentra el Estadio Gracilazo, donde fui a ver con mi papá y mi hermano, al equipo de la ciudad, el Cienciano, que nos trajo alegrías, penas, decepciones y glorias. Por esa misma zona se encuentra la plaza Tupac Amaru, en donde me encontré innumerables veces con mi enamorada, con la que estaba en distintos tiempos. En la avenida de la cultura tengo demasiadas experiencias para contarlas, desde el billar donde jugábamos con mis amigos a pesar de las prevenciones de que nos arresten, hasta paseos agarrados de la mano con alguna chica. Hacia arriba se encuentra la urbanización de Mariscal Gamarra por la cual pasee por las casas de mis amigos o con alguna amiga para conversar y por la parte baja esta la piscina de Wanchac en donde nos juntábamos siempre con mis amigos para ejercitarnos un poco. Después están la casa de mis abuelos maternos donde pasee muchas cosas junto a ellos, desde mi niñez hasta ahora, mis navidades, cumpleaños y festividades, y también el parque zonal y el coliseo donde vivimos con mis compañeros y amigos, la experiencia de la inauguración de los juegos de Adecore, en las cuales siempre terminábamos peleando con algún colegio del consorcio y siendo aplaudidos por algún colegio de señoritas, que casi siempre era Santa Rosa, a pesar de mi preferencia por Santa Ana. Ahora que tocamos el tema, nunca olvidare todas las veces que fuimos a la salida de algún colegio con mis amigos; Santa Ana, Maria de la Merced o Maria Auxiliadora, nunca fui a Santa Rosa, gracias a Dios. Bueno lo que sigue en el recorrido es Marcavalle y Magisterio. Solo pase por la parte de la avenida de la cultura de estos sectores y un pequeño paseo por el parque de Marcavalle. Después San Sebastián, esta zona si que no la conocí hasta hace poco, que motivos del corazón me obligaron a recorrer esos lares. Tenemos la parte de la vía expresa que facilita el recorrido de los automóviles hacía el centro, al menos es lo que las autoridades creen porqué en realidad esta muy maltratada la pista y llena de huecos. Y la parte del pueblo infestada de bares y quintas que lamentablemente observe en diversos viajes a la casa de Gabriela, una amiga, por así decirlo. Camino a mi casa no se puede observar más cosas interesantes, casi todo es casas y negocios que no tienen importancia. Hasta llegar a la comisaría del séptimo paradero, donde algunas veces sentó denuncias, mi papá, por que nos chocaron o la vez que le cayó una escalera encima al carro y reventó el parabrisas. Desde este punto a mi casa no hay tampoco mucho que apreciar, a menos que este olvidando algo. Así llegamos a Coviduc, la urbanización donde queda mi casa en el lote F, número 8. La cual no olvidare tampoco por todas las “pichangas” de fútbol con mis vecinos. Esto es todo lo que recuerdo después de toda una mañana de escribir frente a la computadora, con mi mapa del Cusco al costado, si omito algo, el tiempo lo dejara saber. Estoy orgulloso de haber vivido toda la vida hasta ahora aquí y prueba de eso son todos estos recuerdos.

La comida...
Aquí en la ciudad del Cusco, la comida, según todo cuzqueño que se va lejos dice que es especial. Aunque mi papá dice que de los ciento cincuenta platos distintos que cocina mi mamá con excelente toque a mi no me gustan ciento cuarenta y nueve, ahora le puedo demostrar lo contrario. Después de una charla con mi mamá he llegado a enumerar once platos y platillos originales del Cusco o que tienen su característica especial aquí. Entre ellos tenemos el choclo con queso, no siempre me ha gustado el choclo, pero últimamente he estado probando y he llegado a la conclusión, según mi papá loca, de que a mi me gusta el choclo salado, por eso cuando mi mamá se esmera en darnos el choclo más tierno del mercado después de una larga discusión de una hora con la señora que vende el choclo, yo le echo sal, pero me gusta y que hablar del queso, me encanta. Otro plato que nombramos es el Chairo, con “tripitas”, con papa, con carne, verduras (que no me gustan) todo junto tiene un sabor inigualable, lo único que detesto del Chairo es el zapallo, por lo tanto me encanta. El siguiente plato en la lista es el Adobo, lo que me gusta de este plato es la carne suave del chancho y comer el caldo picantito con el pan Huaro que caracteriza a esta ciudad, siempre recordare como una vez mi papá me dijo que era lo hora del Adobo y fuimos a comer en “el Perol” restaurante donde podías comer Adobo, Milanesa de pollo, Chicharrón, Chuleta de cerdo o Anticuchos. Además en la casa de mi mami, así le digo a mi abuela materna, preparan adobo de vez en cuando y nos invitan. Según mi papá y muchas otras personas Saylla es el mejor lugar para comer un Chicharrón, el siguiente plato en nuestra lista. El Chicharrón es muy delicioso, no entiendo porqué mi papá dice que no me gusta nada del Cusco, con respecto a comida. Lo siguiente en la lista es un plato que solo se puede comer, por ser época, en Febrero, es el Timpu. Plato que consiste en una mezcla de sabores de papa, yuca, moraya, arroz, garbanzo, repollo y carnes. La última vez que comí este plato fue un capricho de mi prima Mireya que vive en Lima, y lo comí en enero, no pude terminar debido a la tremenda cantidad de repollo que me tocó, pero la carne y la yuca en realidad son deliciosas. Otro plato, totalmente cuzqueño que me dio por conveniente mencionar es el Chiriuchu, que traduciendo del Quechua quiere decir plato frió y picante. Consiste en cuy, cecina, torrejita, queso, huevera de pescado (eso creo), yuyo, gallina, salchicha y cau cau, esto solo se come en una determinada fecha en el Cusco, por Corpus Christi, festividad en la cual sacan a pasear distintas figuras de santos ubicados por toda la ciudad en la plaza de armas. Mi patrón preferido es el Patrón Santiago que viene desde Santiago, irónicamente el distrito que casi no conozco. Pero bueno, este plato siempre lo he comido, desde que tengo uso de razón. Otro plato que he mencionado es el Lechón con Tamal, que se come el primero de noviembre aquí en la ciudad de los incas, este plato es indiscutiblemente delicioso, aunque nunca me haya gustado el tamal, sea dulce o salado. Por estas fechas también se regala el pan Huahua y Caballo, huahuas a las niñas y caballos a los niños, aunque la verdad mi abuelo siempre nos ha tratado de niños a todos y siempre nos trae nuestro pan caballo a mi hermano, a mi papá y a mi, y a mi mamá su pan huahua y ahora a Sofía también su pan huahua. Estos panes son uno de los platillos cuzqueños que me gustan. El próximo plato es el Kapchi de Zetas, que mi mamá prepara cuando es época de zetas, desde que era muy pequeño tengo en la mente la historia, fabula o leyenda de las zetas, pequeños y grandes hongos comestibles. Se dice que donde cae un rayo crecen las zetas, hasta ahora no lo he comprobado, por eso no se si decirle historia o leyenda. Las empanadas de semana santa son empanaditas, hasta ahora no entiendo porqué, planas y largas dulces con confite encima. Son increíblemente deliciosas, recuerdo muy bien estas empanadas porqué si viene algún pariente limeño siempre se lleva un paquete repleto de estas. Mi último plato por mencionar son las Huatias, es increíble el sabor de unas papás horneadas recién salidas del horno de tierra que me ha enseñado a preparar mi papá, con su queso y ají. Ese es el plato cuzqueño que más voy a extrañar cuando me valla y el onceavo de esta lista. Ahora cabe mencionar el único plato que no me gusta o que recordé que no me gusta, el cuy, no por su sabor sino por la dificultad al tratar de comerlo. Bueno ahora le demostré a mi papá que no detesto todas las comidas de mi mamá. Y menos porqué ella las prepare, sino que algunos ingredientes no me gustan, pero en general si me gustan los platos cuzqueños.

Mi familia…
Aquí en la ciudad del Cusco, tengo una familia, muy unida que me ha ayudado a crecer en valores y en personalidad, pero sobre todo que me ha brindado su amor. Yo me llamó Javier André Murillo Chávez, Javier por ser nombre de Diplomático, lo que seré en el futuro, gracias Claudi; André por Lady Oscar, una serie Japonesa, gracias mamá. Murillo por Alipio y Elena, por Luchin, Ruchi, Pompo y Maly; Chávez por Víctor y Vilma, por Chechi, Coco y mi Ñaña. Todos ellos me han enseñado, junto a mis hermanos Franco y Sofía, que en la vida se encontraran muchas cosas, obstáculos, sacrificios, separaciones, despedidas, penas, alegrías, glorias y decepciones, pero después de todo debemos seguir y tratar de conseguir nuestros sueños, ahora me toca una despedida pero todo sea por mis sueños, Nos vemos pronto… los quiero.



“Gracias”


















La Gratitud es un valor perdido por casi todas las personas. Unos solo expresamos un “Gracias” vacío y sin sentido, otros ya ni se dan la molestia de expresarlo. Dar las gracias, significa mucho más que decir una o dos palabras. Estar agradecidos es muy importante, pero también el saber expresarlo de manera correcta. La gratitud no solo son meras palabras, estar agradecidos con alguien se demuestra, no con palabras, sino con acciones. La mejor forma de agradecer a las personas que nos han ayudado es estar dispuestos a devolver el favor en cuanto estas personas lo necesiten.

Yo, como alumno salesiano, he cursado once años en el colegio. Y agradezco, de todo corazón, a todas las personas que me han instruido a lo largo de estos largos años. Como persona, agradezco a Dios haberme dado la vida y haberme dado una grandiosa familia; agradezco a mis padres, que me han enseñado mucho y me han guiado en este largo camino; agradezco a mis hermanos que me han dado muchas alegrías, especialmente la sonrisa que me dirige mi pequeña hermana cada vez que vuelvo del colegio, pero yo no agradezco solamente diciéndoles gracias. Yo les agradezco esforzándome en los estudios para que mis profesores no piensen que han perdido el tiempo conmigo, yo agradezco a Dios tratando de acudir a misa constantemente, yo agradezco a mis padres estudiando mucho para que se sientan orgullosos de mí y por último, yo agradezco a mis hermanos, tratando de ser un modelo a seguir, estudiando y haciendo lo correcto.

Como pueden ver, no se agradece solo con palabras, tampoco con grandes acciones o regalos. Se debe agradecer con acciones significativas que ayuden a otras personas. La gratitud debería nacer de nosotros mismos, pero se ha perdido este valor y ahora es nuestra tarea recuperarlo. No es una obligación, pero si tuviéramos la costumbre de expresar nuestra gratitud, sería algo que nos saldría natural cuando alguien nos hiciera un favor. Nadie, en la vida, te va a pedir que le agradezcas por un favor u otra cosa, pero tu al demostrar tu agradecimiento, le haces ver que si aprecias lo que ha hecho por ti y esa persona estará dispuesta a siempre ayudarte y apoyarte en lo que necesites o con lo que necesites.

Todos deberíamos agradecer. Es algo que no cuesta nada, si no podemos agradecer con nuestras acciones, por ejemplo, al vendedor de un mercado que nos da sus productos. ¿No se merece ese vendedor un “Gracias” por habernos proveído de un producto? Agradecer no es obligatorio, es cierto, pero se debería ser agradecido por muchas de las cosas que tenemos. La hoja de papel en la cual este ensayo esta escrito, la tinta con la que se escribió este texto, el tiempo que se dedico a la elaboración de estas líneas, todo esto debería ser agradecido.

Don Bosco nos ha enseñado desde el principio a ser agradecidos como el lo fue, con Dios y con Maria, nuestra madre, también. Por que gracias a ellos nosotros nos encontramos aquí, vivos, leyendo estas líneas. Debemos ser agradecidos hasta el extremo, por que no es malo estar demasiado agradecido. Como dice el escritor francés Jean de la Bruyère: “Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud”.

Carta a un fumador


















Cusco, 6 de Julio del 2006

Querido amigo:

Te preguntarás por qué de pronto te escribo, y para colmo de males, te digo amigo, es cierto, talvez no me conoces y talvez no te conozco, pero siento que debo darte algo muy importante, algo que todos necesitamos en algún momento de nuestras vidas, algo que vale más que cualquier otra cosa en este mundo, algo demasiado bueno para tenerlo guardado, algo que debe compartirse siempre con alguien especial: el consejo de un amigo.

Pongo toda mi alma y corazón joven para darte este buen consejo: hace poco tiempo estuve pensando en la vida, por consiguiente también en la muerte, pensaba en todo lo que había hecho, hasta el momento en que llegué a pensar en el futuro, mi vida profesional, mi futura familia y mi muerte. Ahí empezó el problema, me puse a pensar que hay cosas que vienen como una enfermedad adquirida o un accidente de tránsito, pero hay cosas que el mismo ser humano puede provocar por medios suicidas a largo plazo: los vicios.

A lo largo de mi corta vida, hasta ahora, he observado que el peor de los vicios es el cigarro, el “fallo”, como quieras llamarlo, siempre se infiltra en tu vida. Te contaré una experiencia personal: Mi abuelo era fumador y mi hermano le dio una gran lección de vida, al tener solo 3 años le pregunto: ¿Por qué fumas si te hace daño? En ese instante, para sorpresa de todos, mi abuelo se quedó sin palabras y nunca más volví a ver las 3 cajas de cigarro que guardaba a espaldas de su escritorio, nunca volvió a fumar, y en la actualidad se encuentra aún con vida gozando de su tercera nieta, muy feliz por haber elegido vivir a estar enterrado unos cuantos metros por debajo de la tierra gracias a la nicotina. Por eso te escribo estimado amigo, ahora yo te pregunto: ¿Quieres ser pasajero del tren que no va a ningún lugar? Si en realidad quieres disfrutar tu vida deja ese vicio y comienza de nuevo, piensa en tu futuro ya que el tiempo que te quita el cigarro solo llega a formar los cadáveres de momentos que jamás volverán, ¡piénsalo!

¿Cuál es el objetivo del cigarro?, ¿Para qué fumas?, estas son interrogantes que yo haría a cualquier persona que viera en la calle fumando. El cigarro hace daño, irónicamente, hasta las empresas que producen cigarros te lo dicen. Sin embargo; poco o nada le importa al típico suicida que esta fumando un “fallo” en el frío con sus amigos. Y digo suicida mi querido lector, ya que ese es el término apropiado para una persona que se daña solo y poco a poco quiere matarse. Por eso amigo vengo a decirte que la mejor opción es la vida. La muerte es un paso que vendrá con el tiempo, no la adelantes fumando.

Si algo he aprendido de mi formación en valores, es a tener fuerza de voluntad y ser perseverante, lo mismo te digo amigo lector, para dejar un vicio hace falta mucho más que un simple compromiso, se debe de tener una fuerza de voluntad enorme y un gran corazón arrepentido. Yo sé que tu tienes los requisitos para lograrlo y por eso te dedico estas cuantas letras inmortalizadas en papel. Es un largo camino, pero poco a poco ve adentrándote en él.

Sé que tropezarás, sé que tendrás tentaciones, sé que te encontraras con obstáculos y muy grandes, sé que necesitarás de la única fuerza que hay en tu corazón: la voluntad, sé que a veces pensarás en rendirte y darte por vencido. Sé que el camino se te hará oscuro en algunas ocasiones, pero en esos momentos, acuérdate de esta carta y que sea tu luz guía en esa oscuridad. Y al final, si por alguna casualidad de la vida te llegara a conocer, espero que hayas cambiado y me sentiré orgulloso de haberte podido ayudar mi querido amigo.

Rehabilitar antes que exterminar: la pena de muerte en el Perú actual


















La pena de muerte, que consiste en la privación de la vida del condenado, está instituida en el Perú sólo para los delitos extraordinarios mencionados en el artículo 140 de nuestra actual Constitución Política de 1993 que dice lo siguiente: “La pena de muerte sólo puede aplicarse por el delito de traición a la patria en caso de guerra, y el de terrorismo, conforme a las leyes y los tratados de los que el Perú es parte obligada” (M.J. 2001a, p.77). Estos tratados, de carácter internacional, a los que el Perú se encuentra inscrito son la Convención Americana sobre Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Asimismo, el Perú aplica en su legislación la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Todos estos tratados mencionan restricciones y limitan la pena de muerte en el Perú con respecto a su ampliación e, incluso, su objetivo es lograr suprimirla.

Pese a las restricciones, en el 2006 se dieron varios proyectos de ley, para la reforma constitucional del artículo 140, con el fin de ampliar la pena de muerte para los delitos de violación de menores seguidos de asesinato, secuestro organizado y, también, corrupción. Estos proyectos de ley, propuestos por diversos congresistas e, incluso, el mismo presiente Alan García, continúan siendo estudiados en el Congreso, en comisiones, sin llegar a ningún acuerdo (C.R. 2007). Revisando y analizando algunos aspectos de nuestra legislación, así como algunos casos previos de aplicación de la pena capital, los proyectos de ley que buscan ampliar la pena máxima, estadísticas al respecto, sus consecuencias y las visiones a futuro, he llegado a una tesis que me gustaría compartir. A continuación, los motivos por los cuales pienso que se debe abolir y no extender la pena de muerte en el Perú actualmente.

El famoso caso del “monstruo de Armendáriz” es uno de los procesos judiciales que ha dejado un sabor a remordimiento sobre la pena máxima en nuestro país. Jorge Villanueva Torres, acusado por el turronero Ulderico Salazar por violación y asesinato de un menor de edad, fue condenado a la pena de muerte en 1957 por el sistema judicial peruano. Después de ejecutar a Villanueva, el poder judicial empezó a dudar de su culpabilidad, y comenzaron a surgir fuertes sospechas acerca del asesinato que implicaban al turronero Salazar (Aguirre 2005). Esto demuestra que la pena capital podría generar, debido a la lamentable ineficacia de nuestro sistema de justicia, errores irreparables, tales como la muerte de personas inocentes.

Otro caso que refuerza mi anterior argumento es el proceso en contra de Stanley Williams. Este estadounidense, quien fue condenado en 1981 a la pena capital por el asesinato de cuatro personas en Estados Unidos, se recuperó increíblemente, según la opinión pública, en el tiempo que estuvo retenido en prisión, jamás reconoció haber sido autor de los crímenes e, incluso, fue propuesto para el premio Nóbel de la Paz debido a la labor social que vino haciendo con jóvenes acerca de los peligros de las pandillas. Sin embargo, Arnold Schwarzenegger, gobernador de California, le negó clemencia y la condena continuó según lo planificado. La ejecución, llevada a cabo el 2005, dejó al pueblo estadounidense gritando una frase bastante significativa: “California acaba de matar a un hombre inocente” (Agencias 2005).

Por otro lado, nuestra Constitución Política establece, en el inciso 1 del artículo 2, el derecho a la vida para todas las personas. Sin embargo, en el artículo 140 del mismo documento, se establece la pena de muerte, que es totalmente contradictoria al artículo antes mencionado acerca de la vida de las personas (M.J. 2001b p.20 y 2001a p. 77), debido a que si le quitas la vida a un condenado por medio de la pena capital, le quitamos también el derecho a la vida. Además, este derecho no solo esta instituido en este documento, también se encuentra en el artículo 3 de la Declaración Universal de Derecho Humanos, en el artículo 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en el artículo 4 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos (C.A.J. 1988, p.101). Así, el Perú al tener en la Constitución esta pena genera contradicciones dentro de su legislación nacional e internacional; por esto, no cabe pensar en la ampliación de esta pena, sino, por el contrario, se debe pensar en quitar esta norma de nuestra carta magna.

Asimismo, para reforzar mi premisa, según el artículo IX del título preliminar del código penal peruano, “la pena tiene función preventiva, protectora y resocializadora. Las medidas de seguridad persiguen fines de curación, tutela y rehabilitación” (Chocano 2004, p.40). Igualmente, la Constitución Política del Perú, establece de manera similar el principio de resocialización del penado en el inciso 22 del artículo 139 (M.J. 2001c, p.77). La condena de privación de la muerte es un castigo establecido en nuestra legislación; si las penas tienen la función de reincorporar al condenado rehabilitado a la sociedad, la pena capital debería reponer, recompuesto, al condenado a la sociedad. Sin embargo, la pregunta es dónde esta la resocialización del criminal con la pena de muerte si ésta le quita la vida que es irrecuperable y le quita, también, la posibilidad de rehabilitarse.

Aparte, si se aplicara la pena de muerte, no es seguro que sea totalmente eficaz en la tarea de prevenir el delito; es decir, que nadie más vuelva a cometerlo. Estadísticas muestran que en Estados Unidos, país que aplica la pena de muerte desde hace mucho tiempo, los ejecutados aumentaron de 1 en 1977 a 98 en el 2000 y bajaron a 60 en el 2005; esto demuestra que la pena de muerte no esta cumpliendo su función de evitar que se prosiga cometiendo el castigado crimen e, incluso, se observa que se incrementa o se mantiene el número de ejecutados, en ves de disminuir (J.V. s/f - a). Por esto digo que la pena de muerte, prolongada su permanencia o si se extiende, tendrá consecuencias negativas.

Del mismo modo, es importante tener en cuenta que la pena de muerte es el reflejo de un sentimiento de venganza que poseen las personas después del daño que hace semejante delito, ya sea que les afecte directa o indirectamente. Por ende, se debe tomar en cuenta que ejecutar a un condenado no compensa los daños causados, por esto la extensión o la permanencia, así como la aplicación, de la pena de muerte en nuestra legislación generaría solo asesinatos vengativos. Asimismo, retenerla o ampliarla para más delitos generaría grandes problemas hacía el Perú, debido a los tratados internacionales anteriormente mencionados, y, también, provocaría una gran desconfianza internacionalmente por la tendencia existente a favor de abolir la pena de muerte a nivel mundial, basándome en que, actualmente, 125 países alrededor del globo han dejado de aplicar la pena máxima (J.V. s/f – b [E.C.]).

Por otro lado, analizando el proyecto de ley 00282/2006-CR propuesto por la bancada aprista para la extensión de la pena de muerte para el caso de violación sexual de menores de edad seguida de asesinato, ésta nos dice lo siguiente: “La idea de justicia se mantiene en la comunidad que rechaza la violencia, y por tanto, condena las consecuencias que la injusticia conlleva.” (C.R. 2007). Menciona que la comunidad y la idea de justicia rechazan la violencia; sin embargo, irónicamente, matar a una persona es un signo de violencia extrema, debido, en parte, a los métodos crueles para aplicarla como lo son el fusilamiento, la horca, la cámara de gas o la inyección letal, entre otros; por lo tanto, la pena de muerte es la condena más violenta a nivel universal. Esto demuestra una grave contradicción y un gran error en la argumentación del proyecto de ley que se encuentra en proceso de análisis en el Congreso.

Para reforzar más mi opinión, otra parte de este mismo proyecto de ley, refiriéndose al “ilimitado” poder del Estado para poner orden en la sociedad, menciona lo siguiente:

“El Estado es responsable ante la población por la protección de los derechos de los ciudadanos y el mantenimiento de la justicia y el orden público. En ese supuesto, el Estado se encuentra no sólo facultado, sino en obligación de imponer medidas efectivas para garantizar la paz social cuando ésta se vea vulnerada, lo que incluye el poder de quitar la vida humana en aquellos casos donde el no hacerlo constituye no únicamente un claro peligro para la sociedad, sino una violación vigente y continuada.” (C.R. 2007).

Como apreciamos, según este fragmento del proyecto de ley, el Estado puede atropellar cualquier derecho, como el derecho a la vida, con tal de realizar sus funciones. Por esto, “El fin justifica los medios” es la frase perfecta para describir el invalido argumento que defienden estos congresistas según este pedazo del texto original del proyecto. También nos dicen en otro fragmento lo siguiente: “Nadie acepta que la pena capital deba ser ilimitada y, por ello, es que debe ser aplicada para casos que revisten considerable importancia en atención de la dimensión del delito cometido” (C.R. 2007). A pesar de que se dice, en el proyecto, que debe ser aplicada a casos excesivos, hay más de tres proyectos en estudio, en el Congreso, para su posible ampliación a delitos como secuestro o corrupción.

Como podemos observar, la pena de muerte posee muchas deficiencias al estar instituida o al tratar de extenderse en nuestro país. Esta puede generar la muerte de una persona inocente, generar contradicciones en la legislación peruana, tener consecuencias desfavorables para nuestro país nacional e internacionalmente, y su ampliación, según la justificación brindada por la bancada aprista, posee muchas contradicciones y errores. La pena capital, por tanto, puede generar errores irremediables, provocar inestabilidad en las leyes, crear conflictos al Perú a nivel internacional y, sobre todo, ser injusta. Todo esto demuestra que se debe quitar la pena máxima de nuestra Constitución, en ves de tratar de ampliarla. Además, en todas estas consecuencias, el Estado es el que se gana las críticas y los problemas. Como dijo el antiguo sabio filósofo griego Sócrates: “Es peor cometer una injusticia que padecerla porque quien la comete se convierte en injusto y quien la padece no” (Jordà 2001).

Bibliografía

Ministerio de Justicia del Perú (M.J.)
2001a “Artículo 140 de la Constitución Política del Perú de 1993”
en Constitución Política del Perú y Tratados sobre Derechos Humanos.
Lima: 2001 p.77

2001b “Inciso 1 del artículo 2 de la Constitución Política del Perú de 1993”
en Constitución Política del Perú y Tratados sobre Derechos Humanos.
Lima: 2001 p.20

2001c “Artículo 139 de la Constitución Política del Perú de 1993”
en Constitución Política del Perú y Tratados sobre Derechos Humanos.
Lima: 2001 p.77

Congreso de la Republica del Perú (C.R.)
2007 “Proyectos de Ley (Período 2006-2011)” en Página Web del Congreso de la
República del Perú. Consulta: 13 de Junio del 2007.
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AGUIRRE, Katia
2005 “El ‘monstruo’ que fue al paredón pese a las dudas” [en línea].
Página Web del Diario “Perú.21”. Septiembre. Consulta: 13 de Junio del 2007.

AGENCIAS – San Francisco
2005 “California ejecuta al condenado a muerte al que Schwarzenegger negó clemencia”
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Comisión Andina de Juristas (C.A.J.)
1988 Normas internacionales sobre Derechos Humanos. Lima: Comisión Andina de Juristas.

CHOCANO, Reiner
2004 Código penal. 5ta Edición. Lima: Editora Jurídica GRIJLEY.

Justicia Viva (J.V.)
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s/f - a “Número de ejecuciones en EEUU” en Especial de Pena de muerte. Página Web del consorcio Justicia Viva. Consulta: 13 de Junio del 2007.
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s/f – b [E.C.] “Gráfico contracorriente sobre los países abolicionistas y los que no lo son” citado del diario “El Comercio”. Página Web del consorcio Justicia Viva. Consulta: 13 de Junio del 2007.
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JORDÀ, Vicent
2001 “Frases de Sócrates” [en línea]. Proverbia.net. Consulta: 13 de Junio del 2007.
<http://www.proverbia.net/citasautor.asp?autor=933&page=2>

¿Lo correcto?













Honor esta definido en el diccionario como prestigio o buena reputación adquiridos por un mérito, una virtud o una acción heroica. Lograr este honor cuesta un esfuerzo personal y en caso de ser varias personas, un esfuerzo grupal. En el Perú, lamentablemente vemos todo del lado negativo y, ciegamente, no vemos el esfuerzo positivo necesario para lograr este honor. Y como esto no basta, si una persona prospera, el peruano no trata de superarla sino trata de encontrarle los errores suficientes para que se le acuse de cosas que no se han cometido nunca. Con decir esto no generalizo a todo el Perú, pero no niego que existan peruanos con esta mentalidad. Estos son aspectos que explican por qué el Perú es un país que no se supera después de tantos años de existencia.

En el Perú, cuando una persona comienza a tener más dinero de lo que normalmente tiene, la gente piensa que se ha metido en narcotráfico. Si una persona gana un juicio, es por que ha pagado o “coimeado” al juez. Si una persona entra en un puesto de trabajo, es por que el presidente de la institución es su familiar o amigo. En Europa, los mismos casos son vistos con otros ojos; en el primero, la persona puso un negocio y le va bien; en el segundo, la persona ganó el juicio por que estudio mucho el caso y se sabe que contrato a un buen abogado; y en el último, la persona que entró al puesto lo hizo por que debe de ser una persona capacitada para el empleo. En el Perú, tal vez algunos de los casos sean como se piensa, sólo Dios lo sabe y lo castigará a su debido tiempo, pero también existen personas que si se merecen lo que han ganado. Personas correctas que han logrado con su esfuerzo conseguir este gran honor del que hablamos anteriormente, pero en el Perú se tiene la idea perversa de que si algo se hace, siempre tiene algo mal.

El honor en el Perú no tiene valor, es lamentable. Las personas contratan anuncios por radio, televisión o en el periódico, despreciando el honor de las personas sin antes investigar seriamente. Salen primeras planas injuriando el prestigio de las personas, se investiga y no se encuentran pruebas de las acusaciones. Se publica un artículo de disculpas del tamaño de una pulga comparado con el del titular, que nadie lee. Sin embargo, medio mundo ya leyó el titular equivocado. La persona agraviada desmiente todo y se plantea poner una denuncia por daño a la moral de la persona, el problema es cuanto vale el honor: ¿10.000 soles? ¿5.000 soles? ¿Por qué no más? No se puede poner un valor al honor, ese es el problema, y menos en un país donde se juega con esto como si fuera cualquier cosa.

Otro problema que vemos es la envidia. La envidia no es mala, hasta cierto punto. En Europa e incluso en otros países de Latinoamérica, si una persona envidia a otra por haber logrado una meta, esta persona se propone ser mejor y superarla con su propio esfuerzo; en cambio, en el Perú, si una persona envidia a otra trata de mentir acerca de ella, trata de encontrarle errores, ve el lado negativo, busca acusaciones que no existen, se inventa cosas y todo con tal de desprestigiar a la persona correcta. Esto se conoce como el síndrome de pobreza-idiotez: “El Perú, es el único país donde las personas que se han superado sólo son molestadas y hasta distanciadas en vez de ser admiradas como en sociedades más maduras”. Para el peruano hacer lo correcto significa hacer algo que no se debe y hacer lo incorrecto es algo que se debe hacer con mucho interés y voluntad. Por ejemplo, un estudiante debe presentar un trabajo a su tiempo, es lo correcto; sin embargo, para los estudiantes mediocres, si solo este alumno trajo el trabajo no debe presentarlo, ya que todos sus demás compañeros no lo han traído, la excusa es para que nos reprueben a todos y no solo uno apruebe. En cambio, si los mismos alumnos dicen que todos falten al colegio para ir de paseo sin permiso, algo incorrecto, pero sin embargo un alumno decide quedarse he ir al colegio, le dicen de todo, lo insultan y lo humillan. ¿Por qué? Por tratar de hacer lo correcto en un contexto donde todo parece estar de cabeza. Con esto no generalizo a todos los estudiantes peruanos, pero lo pongo de ejemplo debido a que lo he vivido.

Yo soy peruano y estoy orgulloso de serlo, he nacido y he estudiado todo el colegio en el Cusco, ahora me traslado a la capital a continuar con mis estudios universitarios, he tratado de hacer mis estudios colegiales lo más correctamente posible, y Dios me ha premiado con el ingreso a una prestigiosa universidad limeña. Lo he logrado con mi esfuerzo y dedicación, de esto son testigos mis padres. Y en el camino he encontrado a muchas personas de las que hablo en este artículo, que me han tratado de “sopa”, de “estudioso” que es algo malo para ellos e incluso que han dicho que pago a los profesores, pero ahora con mi ingreso demuestro que hacer lo correcto tiene sus recompensas pero en un contexto donde las cosas correctas si son buenas, es por eso que escribo estas líneas, pero no trato de decir que todos son así, solo trato de hacer ver los defectos que algunas personas tienen. Debemos mejorar: ¿Por que no en vez de tratar de maltratar moralmente a una persona, tratamos de superarla con nuestro esfuerzo? Espero que con este artículo, siquiera una persona cambie y así podamos mejorar nuestro país, aunque sea poco a poco.

viernes, 28 de diciembre de 2007

Carta a mi abuelo

















Han pasado dieciséis largos años de mi vida. Han pasado ya mis once años en el colegio. Y justo en este instante de mi vida recordé que una persona me ha faltado en toda esta historia. Conozco a mis abuelos maternos y a mí abuela materna desde que tengo uso de razón, siempre he compartido gratos momentos con ellos, mi abuela Vilma siempre me ha instruido en el aspecto religioso, también me enseño a leer con unas grandes láminas plastificadas de Coquito que aún recuerdo y siempre que es mi cumpleaños, me cocina lo que quiero, que generalmente es una sopa de Menestrón. Mi abuelo Manuel me ha enseñado muchas cosas, desde como cortar madera hasta manejar su Toyota blanco, y siempre me cuenta historias muy bonitas de su vida que me hacen pensar e identificarme con él. Mi abuela Elena, mamá de mi papá, siempre me ha querido y aún recuerdo que ella me regaló mi primera cámara fotográfica, la cual aun tengo guardada, pero ahora ella tiene una enfermedad que le hace olvidar todos sus recuerdos, y a veces hay que presentarse cada vez que vas a visitarla.

Hace poco me fui de retiro a la casa Salesiana de Calca. Nos dieron cartas de nuestros padres, y en algunos casos de nuestros abuelos. Yo recibí cuatro cartas: una de mi papá, una de mi mamá, otra de mi abuela Vilma y otra de mi abuelo Manuel. Supuse que mi abuela Elena no pudo escribir por lo que mencione antes, pero faltaba una carta más que sabía que nunca iba a llegar, pero sabía que faltaba. Después nos dijeron que respondiéramos las cartas, yo conteste a las cuatro pero me falto contestar a una persona. Una persona que aún no estando aquí en la tierra, se que estuvo todos estos años junto a mí acompañándome espiritualmente, una persona que motivo el que haya elegido estudiar derecho, una persona de la cual solo tengo un recuerdo fotográfico, esa persona es mi abuelito Alipio, que se encuentra allá arriba en el cielo, observándome crecer y superarme.

He escuchado mucho acerca de él, muchas experiencias que me han ido contando a lo largo de mi vida mi tía Ruchi y mi papá, que dicho sea de paso no conoció muy bien a mi abuelo debido a que el murió cuando mi papá tenia solo nueve años. Incluso mi abuela Elena hace poco me contó que todos en su familia habían sido abogados e incluso su esposo, el abuelo Alipio. Esto fue uno de los motivos por los cuales he escogido estudiar derecho, mi papá es abogado, mi abuelo lo era, mi bisabuelo también lo era, y yo, el nieto mayor, deseo continuar esa tradición. Mi papá quería que yo estudie medicina, una pena, pero para eso ya tiene a mi hermano, que esta obsesionado con eso.

Toda mi familia, por parte de mi papá, al principio me decían “Pipo”, yo no sabía el motivo y hasta me molestaba pues era un niño aún y quería que me digan mi nombre, hasta que una tarde clásica de reunión familiar en la casa de mi tío Jorge, hermano de mi abuela Elena, me dijeron que era por que a mi abuelo le decían así y yo, por ser el nieto mayor, me había ganado ese apodo tan significativo que yo despreciaba.

Me han contado que mi abuelo, tenía carros de último modelo, para su época por supuesto; que se compraba una enorme pierna de vaca en el mercado y se la hacia cocinar cuando tenía su característica hambre en compañía de sus hijos, entre los cuales se encontraba Fernando, el menor de todos, mi papá. Lo que si nunca he querido y he evitado que me cuenten es acerca de su muerte. Lo único que sé es que murió cuando mi papá tenía nueve años y era imposible que nos haya conocido, ni a mí, ni a mi mamá que mucho después empezó a ser enamorada de mi papá. Pero me gusta el recuerdo que tengo de él, basado en anécdotas contadas por mi papá y mis tíos y unas cuantas fotos.

Han pasado ya más de treinta años de su muerte, pero el se encuentra en mi, ahí, en mi corazón. Yo sé que él estuvo conmigo espiritualmente durante estos años; cuando entre al colegio; cuando tenía pruebas difíciles; cuando fui a dar mi entrevista para entrar a la universidad y me preguntaron por qué quería estudiar derecho. Él no se fue lejos, él no me abandonó, él es mi ejemplo a seguir y se que siempre ha estado conmigo. Por eso es que me animé a escribir estas líneas. Espero que mi abuelo, siempre siga conmigo este camino largo que me queda por vivir y me ayude a superar los obstáculos que existan en él. Te quiero abuelito nunca me olvides.


Diseño del artista cusqueño Jorge Flores Najar, mi querido Tío.