Era una mañana soleada, como la del lejano oeste en las películas de vaqueros, cuando mi padre, yo y mi hermano regresamos a casa después de haber comprado algún CD de música para mí, algún juego de computadora para mi hermano o algunas películas para toda la familia. Sin embargo, ese mismo día, en la tarde, fue planeada por mi papá para que yo y mi hermano conozcamos a Clint, Ennio y, un poco más, a él mismo.
Luego del delicioso almuerzo de mi mamá, mi padre nos llamó para ver una película. Se titulaba “Por un puñado de dólares” y tenía en la portada la figura de unos vaqueros, la película parecía antigua y según revelaba la portada era una película del lejano oeste. Comenzamos a verla mientras mi padre nos hablaba de la película cada cierto tiempo, acerca de algunas escenas o actos de “Joe” interpretado por el actor estadounidense, que para entonces era un desconocido mío y de mi hermano, Clint Eastwood. Ese género de película era nuevo para mi y mi hermano así que nos impresiono e intereso en seguida, escuchar unos cuantos balazos en el viejo oeste y observar la legendaria vestimenta de Joe; es decir, aquel poncho marrón con diseño de rayas blancas y el sombrero empolvado de renegado del oeste.
Sin embargo, la película no fue lo único que nos gustó. Al inicio de la película y en cada parte importante de la misma sonaba a través de los parlantes del televisor una tonadita con silbidos bastante peculiar. Después de ver la película, creo que a cada cinco minutos, mi hermano y yo, tratamos de repetir la tonadita. Llegada la noche, entre al Internet y me descargue la tonadita. Descubrí, además, que el compositor era Ennio Morricone, compositor italiano, que ha escrito música para varías películas de vaqueros y algunos otros géneros. Debido al gusto que mi hermano y yo encontramos por la película y el “soundtrack” de la misma; mi padre escribió un artículo.
Poco después, mi padre compró otras dos películas del mismo tipo que observamos con igual interés: “Por unos dólares más” y “El bueno, el malo y el feo”, películas de vaqueros con el mismo actor, Clint Eastwood, pero interpretando a “El Manco” y a “Rubio: el bueno” respectivamente; además, cada una con su propia tonadita de silbidos. Nos encantaron ambas nuevamente. Mi escena preferida es en la cual Clint, como “El Manco” dispara el sombrero de Lee Van Cleef, actor estadounidense interpretando al coronel Douglas Mortimer, de traje negro primero cerca y, después, cada vez más lejos sin dejar que lo recoja. Todo un hombre renegado del viejo oeste.
Mi padre, nuestro amigo, nos quiso mostrar un poco de su niñez mostrándonos aquellas películas que tanto buscó sólo para enseñarnos como su hermano Mario, conocido en la familia cariñosamente como “Pompo”, lo llevaba a ver aquellas películas en lo que antes, en Cusco, se le podía llamar cine. Mi papá siempre ha sido un guía en esta vida para mí y mi hermano, si hay alguien en el mundo a quien admiro es a mi padre, un hombre muy culto y un ejemplo de padre. Quizá mi padre no viva en el lejano oeste o componga tonadas para películas, pero es un increíble abogado, ahora magistrado, un buen padre y un excelente ejemplo para mi. Gracias papá. Te quiero…
Luego del delicioso almuerzo de mi mamá, mi padre nos llamó para ver una película. Se titulaba “Por un puñado de dólares” y tenía en la portada la figura de unos vaqueros, la película parecía antigua y según revelaba la portada era una película del lejano oeste. Comenzamos a verla mientras mi padre nos hablaba de la película cada cierto tiempo, acerca de algunas escenas o actos de “Joe” interpretado por el actor estadounidense, que para entonces era un desconocido mío y de mi hermano, Clint Eastwood. Ese género de película era nuevo para mi y mi hermano así que nos impresiono e intereso en seguida, escuchar unos cuantos balazos en el viejo oeste y observar la legendaria vestimenta de Joe; es decir, aquel poncho marrón con diseño de rayas blancas y el sombrero empolvado de renegado del oeste.
Sin embargo, la película no fue lo único que nos gustó. Al inicio de la película y en cada parte importante de la misma sonaba a través de los parlantes del televisor una tonadita con silbidos bastante peculiar. Después de ver la película, creo que a cada cinco minutos, mi hermano y yo, tratamos de repetir la tonadita. Llegada la noche, entre al Internet y me descargue la tonadita. Descubrí, además, que el compositor era Ennio Morricone, compositor italiano, que ha escrito música para varías películas de vaqueros y algunos otros géneros. Debido al gusto que mi hermano y yo encontramos por la película y el “soundtrack” de la misma; mi padre escribió un artículo.
Poco después, mi padre compró otras dos películas del mismo tipo que observamos con igual interés: “Por unos dólares más” y “El bueno, el malo y el feo”, películas de vaqueros con el mismo actor, Clint Eastwood, pero interpretando a “El Manco” y a “Rubio: el bueno” respectivamente; además, cada una con su propia tonadita de silbidos. Nos encantaron ambas nuevamente. Mi escena preferida es en la cual Clint, como “El Manco” dispara el sombrero de Lee Van Cleef, actor estadounidense interpretando al coronel Douglas Mortimer, de traje negro primero cerca y, después, cada vez más lejos sin dejar que lo recoja. Todo un hombre renegado del viejo oeste.
Mi padre, nuestro amigo, nos quiso mostrar un poco de su niñez mostrándonos aquellas películas que tanto buscó sólo para enseñarnos como su hermano Mario, conocido en la familia cariñosamente como “Pompo”, lo llevaba a ver aquellas películas en lo que antes, en Cusco, se le podía llamar cine. Mi papá siempre ha sido un guía en esta vida para mí y mi hermano, si hay alguien en el mundo a quien admiro es a mi padre, un hombre muy culto y un ejemplo de padre. Quizá mi padre no viva en el lejano oeste o componga tonadas para películas, pero es un increíble abogado, ahora magistrado, un buen padre y un excelente ejemplo para mi. Gracias papá. Te quiero…
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