La Facultad de Derecho de la
Pontificia Universidad Católica del Perú te plantea el requisito de hacer un
año de prácticas pre-profesionales; este año asumí el reto de empezar a
completar el año que se me exigía. Finalmente, terminé realizando sólo seis
meses y medio de esta tarea por lo complicado de los horarios de la Facultad y
por el horario requerido para un practicante de área procesal de algún estudio.
Cuando un alumno deja de serlo
y se convierte en un alumno practicante pre-profesional se ve inmerso en un
cambio de paradigma muy complicado; es el paso del dúo “universidad-vida
sociofamiliar” a “trabajo-universidad-vida sociofamiliar”; y, en cada caso más
complicado, mayores responsabilidades, como en mi caso:
“trabajo-universidad-vida sociofamiliar-extracurricular”. Sí, este año fui
practicante pre-profesional del área procesal de un estudio de abogados -el
Estudio Daly, Otero & Flórez-; llevé cuatro cursos nada fáciles de cuarto y
quinto ciclo en la Facultad de Derecho de la PUCP; fui un hijo, enamorado y
amigo provinciano cuzqueño que vive lejos de su familia, que intenta llevar
bien todo; y, además, fui Director de la Comisión de Publicaciones de la Asociación
Foro Académico, un trabajo para nada simple y muy reconfortante.
En este caso, hablaré de mi
paso por el Estudio Daly, Otero & Flórez; tiempo que marcó mi vida y que no
podía dejar pasar sin dedicarle algunas líneas. Especialmente sabiendo que
muchos en el estudio son lectores de este espacio personal.
Llegué al estudio Daly “sin
querer queriendo”; en realidad, había postulado, para empezar a practicar, a
algunas de las opciones que me ofreció la Bolsa de Trabajo de la Universidad y
un buen día llegó la llamada de Milagritos, secretaria del Daly, quien me citó
a la “Av. Garcilazo 2410 en Lince, altura de la cuadra 7 de Javier Prado
Oeste”. Nunca había escuchado de este estudio, pero eso no quitó mis ganas por
la postulación y la entrevista.
El día de mi entrevista me
preparé para las clásicas preguntas de “¿En qué te quieres especializar? Dime
tres defectos y tres virtudes, ¿Cuánto te falta para egresar?, ¿Por qué
estudias Derecho?”, etc. Sin embargo, el Doctor Juan Carlos Puertas, quien
sería mi jefe por casi siete meses, me entrevistó de una manera muy peculiar…
“Veo que estas entre cuarto y quinto ciclo, bueno entonces dime ¿Qué es un
negocio jurídico? (2do ciclo), ¿Cómo se constituye una hipoteca? (2do ciclo),
Dame la diferencia entre una cesión de derechos y una subrogación (3er ciclo),
¿Cuáles son los métodos de resolución de un contrato? (4to ciclo)”. Ante esto
pude contestar casi todas las preguntas y agradecí tanto a Dios como a mis
padres por permitirme estudiar en la mejor Facultad de Derecho del Perú.
Luego de la entrevista,
descubrí el Daly. Un estudio pequeño, en el sentido de “familiar”, en
crecimiento. Un estudio ideal para cualquier estudiante que quiere empezar sus
prácticas aprendiendo; un estudio en el cual siempre hay algo que hacer; un
estudio en el cual podías conocer a todos sus miembros. Muy diferente a
cualquier boutique legal donde conoces sólo la fotocopiadora, tu escritorio y a
los cinco “gatos” de tu área.
Fue una decisión mía, a pesar
de estar contra la opinión de mi padre, empezar a practicar en el área procesal
de un estudio de abogados; desde el punto de vista general, el área más
“warrior” para un practicante pues se necesitan diversos conocimientos
sustanciales y formales; de igual manera, se pueden tener que realizar diversas
tareas de procuración, nada más ni nada menos que, en Lima, la capital, donde
hay un clima espantoso y existen más de 15 distritos judiciales separados por
más de 30 minutos de camino en diferentes buses e, incluso, en moto-taxis.
Estudiar y trabajar es el reto
más difícil que me ha tocado enfrentar; sin embargo, salí ileso del mismo: un
promedio aceptable y sólo un par de errores en mi primera práctica pre-profesional.
Debo señalar que aprendí mucho en esta práctica, tanto derecho civil como derecho
procesal; he comprobado en carne propia lo completa que es una práctica en
procesal, pero, también he descubierto que no podría dedicarme toda mi vida a
esta área.
En verdad, este año será
inolvidable gracias al Daly. Agradezco mucho a todos los que me enseñaron en
esta primera gran experiencia profesional que tuve. Agradezco al Doctor Juan
Carlos Puertas, mi jefe, por encargarme hacer una demanda o un informe desde el
inicio, y no simplemente sacar copias u ordenar expedientes; por compartir su
interés por el Derecho Procesal conmigo y enseñarme su experiencia en esta
área, así como en la labor profesional y ética de un abogado. Luego de un
tiempo, en mi clase de Teoría de la Prueba, un curso electivo de procesal en
que tuve que juntar varios conocimientos de procesal, entendí que cada
exigencia, dato, consejo e, incluso, cada llamada de atención valieron la pena.
Agradezco mucho a Benito,
procurador del área, quien me enseñó muchas cosas de la calle que jamás hubiera
aprendido sólo; por siempre estar dispuesto a alegrarnos la tarde con sus
ocurrencias y chistes, que fueron un gran alivio ante el estrés de muchos días.
Por enseñarme que el Derecho consiste en “buscar justicia maestro”, nada más.
Agradezco también al Doctor
Alex Carnero por compartir los temas de mi interés de su área: Propiedad
Intelectual y Competencia, como Contratos y Protección al Consumidor; por sus
consejos y su gran apoyo tanto anímicamente como académicamente. También debo
agradecer a los doctores Ricardo Otero y Germán Flórez, socios del Estudio, que
siempre me ayudaron cuando tuve alguna duda en su estudio.
De igual manera, agradecer por
esta experiencia a mis queridos amigos Brian, Gustavo, Chino, Felipón, José,
Pili, Milagritos y el Chino 2; pues sin ustedes mi estancia en el Daly no
hubiera sido lo mismo.
Estoy muy ansioso de ver que
me depara mi futuro profesional; sin embargo, por el momento, he decidido
concentrarme en mis estudios para poder terminar de manera sobresaliente los
mismos; después de haber analizado a profundidad el sistema de calificación de
la Facultad de Derecho de la PUCP y el desfasado plan de estudios, he llegado a
la conclusión de que es imposible terminar en seis años la carrera, uno de los
motivos es la imposibilidad de llevar siete cursos por ciclo, como esta
previsto, con los mejores profesores y sobrevivir en el intento, esto es mucho
más difícil si se practica, debido al excesivo horario requerido para el
trabajo. Nunca olvidaré mis días, semanas y meses en el Daly, pero por ahora
sólo debo estudiar…
5 comentarios:
Hola Javier, me alegra que hayas aprendido muchas cosas en el Estudio, pero parece que no aprendiste a escribir correctamente el Nombre del mismo.
Muy bueno, Betito!!..
Javier, muy chevere. Te olvidaste de Janett y de la experiencia en el banco de la nación, las 20 lucas falsas, y la retención de tu DNI!!.=D. Betito!!
Gustavo:
Gracias! Esas experiencias siempre quedarán en mi memoria y las recordaré siempre... jajaja como olvidar esas cosas y los casos del Daly...
Doctor:
Sí, ya lo corregí... Es que yo vengo de la familia Flores... Gracias por todo, estamos en contacto de todas maneras.
Publicar un comentario