jueves, 8 de diciembre de 2011

Mi paso por el Daly, Otero & Flórez



La Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú te plantea el requisito de hacer un año de prácticas pre-profesionales; este año asumí el reto de empezar a completar el año que se me exigía. Finalmente, terminé realizando sólo seis meses y medio de esta tarea por lo complicado de los horarios de la Facultad y por el horario requerido para un practicante de área procesal de algún estudio.

Cuando un alumno deja de serlo y se convierte en un alumno practicante pre-profesional se ve inmerso en un cambio de paradigma muy complicado; es el paso del dúo “universidad-vida sociofamiliar” a “trabajo-universidad-vida sociofamiliar”; y, en cada caso más complicado, mayores responsabilidades, como en mi caso: “trabajo-universidad-vida sociofamiliar-extracurricular”. Sí, este año fui practicante pre-profesional del área procesal de un estudio de abogados -el Estudio Daly, Otero & Flórez-; llevé cuatro cursos nada fáciles de cuarto y quinto ciclo en la Facultad de Derecho de la PUCP; fui un hijo, enamorado y amigo provinciano cuzqueño que vive lejos de su familia, que intenta llevar bien todo; y, además, fui Director de la Comisión de Publicaciones de la Asociación Foro Académico, un trabajo para nada simple y muy reconfortante.

En este caso, hablaré de mi paso por el Estudio Daly, Otero & Flórez; tiempo que marcó mi vida y que no podía dejar pasar sin dedicarle algunas líneas. Especialmente sabiendo que muchos en el estudio son lectores de este espacio personal.

Llegué al estudio Daly “sin querer queriendo”; en realidad, había postulado, para empezar a practicar, a algunas de las opciones que me ofreció la Bolsa de Trabajo de la Universidad y un buen día llegó la llamada de Milagritos, secretaria del Daly, quien me citó a la “Av. Garcilazo 2410 en Lince, altura de la cuadra 7 de Javier Prado Oeste”. Nunca había escuchado de este estudio, pero eso no quitó mis ganas por la postulación y la entrevista.

El día de mi entrevista me preparé para las clásicas preguntas de “¿En qué te quieres especializar? Dime tres defectos y tres virtudes, ¿Cuánto te falta para egresar?, ¿Por qué estudias Derecho?”, etc. Sin embargo, el Doctor Juan Carlos Puertas, quien sería mi jefe por casi siete meses, me entrevistó de una manera muy peculiar… “Veo que estas entre cuarto y quinto ciclo, bueno entonces dime ¿Qué es un negocio jurídico? (2do ciclo), ¿Cómo se constituye una hipoteca? (2do ciclo), Dame la diferencia entre una cesión de derechos y una subrogación (3er ciclo), ¿Cuáles son los métodos de resolución de un contrato? (4to ciclo)”. Ante esto pude contestar casi todas las preguntas y agradecí tanto a Dios como a mis padres por permitirme estudiar en la mejor Facultad de Derecho del Perú.

Luego de la entrevista, descubrí el Daly. Un estudio pequeño, en el sentido de “familiar”, en crecimiento. Un estudio ideal para cualquier estudiante que quiere empezar sus prácticas aprendiendo; un estudio en el cual siempre hay algo que hacer; un estudio en el cual podías conocer a todos sus miembros. Muy diferente a cualquier boutique legal donde conoces sólo la fotocopiadora, tu escritorio y a los cinco “gatos” de tu área.

Fue una decisión mía, a pesar de estar contra la opinión de mi padre, empezar a practicar en el área procesal de un estudio de abogados; desde el punto de vista general, el área más “warrior” para un practicante pues se necesitan diversos conocimientos sustanciales y formales; de igual manera, se pueden tener que realizar diversas tareas de procuración, nada más ni nada menos que, en Lima, la capital, donde hay un clima espantoso y existen más de 15 distritos judiciales separados por más de 30 minutos de camino en diferentes buses e, incluso, en moto-taxis.

Estudiar y trabajar es el reto más difícil que me ha tocado enfrentar; sin embargo, salí ileso del mismo: un promedio aceptable y sólo un par de errores en mi primera práctica pre-profesional. Debo señalar que aprendí mucho en esta práctica, tanto derecho civil como derecho procesal; he comprobado en carne propia lo completa que es una práctica en procesal, pero, también he descubierto que no podría dedicarme toda mi vida a esta área.


En verdad, este año será inolvidable gracias al Daly. Agradezco mucho a todos los que me enseñaron en esta primera gran experiencia profesional que tuve. Agradezco al Doctor Juan Carlos Puertas, mi jefe, por encargarme hacer una demanda o un informe desde el inicio, y no simplemente sacar copias u ordenar expedientes; por compartir su interés por el Derecho Procesal conmigo y enseñarme su experiencia en esta área, así como en la labor profesional y ética de un abogado. Luego de un tiempo, en mi clase de Teoría de la Prueba, un curso electivo de procesal en que tuve que juntar varios conocimientos de procesal, entendí que cada exigencia, dato, consejo e, incluso, cada llamada de atención valieron la pena.

Agradezco mucho a Benito, procurador del área, quien me enseñó muchas cosas de la calle que jamás hubiera aprendido sólo; por siempre estar dispuesto a alegrarnos la tarde con sus ocurrencias y chistes, que fueron un gran alivio ante el estrés de muchos días. Por enseñarme que el Derecho consiste en “buscar justicia maestro”, nada más.

Agradezco también al Doctor Alex Carnero por compartir los temas de mi interés de su área: Propiedad Intelectual y Competencia, como Contratos y Protección al Consumidor; por sus consejos y su gran apoyo tanto anímicamente como académicamente. También debo agradecer a los doctores Ricardo Otero y Germán Flórez, socios del Estudio, que siempre me ayudaron cuando tuve alguna duda en su estudio.

De igual manera, agradecer por esta experiencia a mis queridos amigos Brian, Gustavo, Chino, Felipón, José, Pili, Milagritos y el Chino 2; pues sin ustedes mi estancia en el Daly no hubiera sido lo mismo.

Estoy muy ansioso de ver que me depara mi futuro profesional; sin embargo, por el momento, he decidido concentrarme en mis estudios para poder terminar de manera sobresaliente los mismos; después de haber analizado a profundidad el sistema de calificación de la Facultad de Derecho de la PUCP y el desfasado plan de estudios, he llegado a la conclusión de que es imposible terminar en seis años la carrera, uno de los motivos es la imposibilidad de llevar siete cursos por ciclo, como esta previsto, con los mejores profesores y sobrevivir en el intento, esto es mucho más difícil si se practica, debido al excesivo horario requerido para el trabajo. Nunca olvidaré mis días, semanas y meses en el Daly, pero por ahora sólo debo estudiar…

5 comentarios:

Juan Carlos Puertas Figallo dijo...

Hola Javier, me alegra que hayas aprendido muchas cosas en el Estudio, pero parece que no aprendiste a escribir correctamente el Nombre del mismo.

Gustavo dijo...

Muy bueno, Betito!!..

Gustavo dijo...

Javier, muy chevere. Te olvidaste de Janett y de la experiencia en el banco de la nación, las 20 lucas falsas, y la retención de tu DNI!!.=D. Betito!!

Javier Murillo dijo...

Gustavo:

Gracias! Esas experiencias siempre quedarán en mi memoria y las recordaré siempre... jajaja como olvidar esas cosas y los casos del Daly...

Javier Murillo dijo...

Doctor:

Sí, ya lo corregí... Es que yo vengo de la familia Flores... Gracias por todo, estamos en contacto de todas maneras.


Diseño del artista cusqueño Jorge Flores Najar, mi querido Tío.