miércoles, 5 de noviembre de 2008

Reflexión ante la crisis mundial de la economía












“Una grave crisis de confianza sacude en estos momentos la economía mundial y la actividad financiera”[1] expresó acertadamente Nicolas Sarkozy, presidente de Francia y la Unión Europea. Esta crisis económica no es más que una crisis de confianza; sabiendo esto es preciso cuestionarnos ¿Quiénes son los únicos capaces de generar confianza o desconfianza? La respuesta es simple: las personas. Entonces, señala nuevamente, en declaraciones, el presidente Sarkozy: “la actual crisis financiera internacional no es la del capitalismo sino la de un sistema que ha ‘traicionado’ el capitalismo económico de mercado”[2]. Esto quiere decir que el principal responsable de esta crisis es el sistema económico norteamericano; específicamente, algunas “personas” dentro de este sistema económico, la denominada “élite corrupta”.

El capitalismo, propulsor del “laisser-faire” (“dejar hacer”); es decir, del libre mercado y el papel del Estado como espectador, no ha fracasado; sin embargo, continuando la idea del presidente francés, hay que “’refundarlo’ sobre las bases de la ética del esfuerzo y del trabajo”[3]. Esto quiere decir que, además, de una crisis económica se nos presenta la crisis de desconfianza que se debe solucionar teniendo en cuenta “El factor humano, moral, [que] es fundamental para repensar el lugar del estado y del mercado en la sociedad. [Porque] en realidad el asunto es más de fondo y tiene un innegable componente ético”[4]. Hablando éticamente, desde el punto de vista del paradigma de la autonomía, representado por Immanuel Kant, se afirma que una máxima; es decir, la acción de cada ser humano racional, es moralmente buena cuando logra convertirse en ley universal. Esto quiere decir, de manera sencilla, que una acción para ser buena tiene que ser buena para todos y no perjudicar a nadie (ética universalista)[5]. Por lo que las acciones de los dirigentes de algunos bancos norteamericanos y empresas privadas al ser corruptos, irresponsables, incapaces y, así, conseguir beneficio propio, comisiones o sobornos, a costa de los demás, son acciones inmorales.

Además, como señala el publicista y comunicador Gustavo Rodríguez en su artículo “Ahora es mi problema” en el Diario El Comercio de Lima, explicando un cuento titulado “Las lagartijas” relatado por François Vallaeys acerca de la solidaridad y la responsabilidad: “Ya no son lagartijas las que se pelean por un insecto [y perjudican a todos los animales que se mostraron indiferentes ante el problema]: son banqueros norteamericanos que pelean por un mercado hipotecario de manera irresponsable, otorgándoles créditos a personas que no tienen cómo pagarlos, llevando la cadena de acontecimientos al cataclismo económico en el que todos estamos pagando los platos rotos”[6]; Esto se refiere a la irresponsabilidad de esta “élite corrupta” y al “aporte fiscal de 700,000 millones”[7] que ha realizado del gobierno norteamericano, aquí cabe presentar el término de “Comunismo de los ricos”[8], idea planteada por Nelson Manrique, para aclarar la idea, “paradójicamente, […] son los ciudadanos de a pie los que, con la plata del Estado, que es de todos, tienen que acudir a tapar los huecos millonarios generados por una minoría de corruptos e irresponsables.”[9] Entonces, “Las ganancias son privadas, las pérdidas, públicas: el comunismo de los ricos”[10].

Del mismo modo, nos dice el Génesis: “Tomó, pues, Yahvé Dios al hombre, y le puso en el jardín del Edén para que lo cultivase y guardase”[11]; y, como señala la editorial de la revista SIGNOS, “el centro de la economía debe ser el hombre concreto”[12]; entonces, el hombre es a quien Dios ha confiado su obra y el hombre es también responsable de ella. Porque “ningún sistema, ni el estado ni el mercado, ni cualquiera de las formulas posibles de combinación de ambos que pueda imaginarse tendrá sostenibilidad si por encima o al fondo de esas estructuras económicas no existen hombres y mujeres solidarios y corresponsables.”[13] Cómo lo señala el documento “Gaudium et Spes” del Concilio Vaticano II: “es deber permanente de la Iglesia [es decir, todos nosotros, los creyentes] escrutar a fondo los signos de la época e interpretarlos a la luz del Evangelio, de forma que, acomodándose a cada generación, pueda la Iglesia responder a los perennes interrogantes de la humanidad sobre el sentido de la vida presente y de la vida futura y sobre la mutua relación de ambas”[14]. Así, nos señala el texto bíblico; es decir, la palabra de Dios, su voluntad: Dios nos ha confiado su creación, entonces los hombres, frente a esta responsabilidad, ahora con este signo (la crisis mundial de la economía) y todos los signos de los tiempos que se presenten en nuestra época, según la teología y siguiendo la voluntad de nuestro Dios, debemos cuidarla y ser responsables de ella.

Esto quiere decir, en mi opinión, que todo en este mundo para lograr un correcto funcionamiento, en este caso de la economía, sólo depende del hombre y sus acciones; por un lado, desde el punto de vista ético, de que sus acciones sean moralmente buenas; y, desde el punto de vista teológico cristiano, que sus acciones se realicen conforme a la voluntad de Dios. Por esto, la crisis también es una oportunidad; una oportunidad, como expresa, Sarkozy, “para tomar medidas concretas destinadas a favorecer la vuelta de la confianza”[15]; confianza, no sólo en unas cuantas personas, sino confianza en los seres humanos y sus acciones correctas por el bien de todos.
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[1] “Carta del presidente Nicolas Sarkozy a los miembros del Consejo Europeo” (3 de Octubre de 2008)
La cita textual está redactada en francés: “Une grave crise de confiance ébranle l'économie mondiale et l'activité financière.”
[2] “¿Qué es lo que en verdad se ha derrumbado?”. Editorial de la revista SIGNOS. Octubre 2008.
http://www.bcasas.org.pe/revista.pdf
[3] Ibídem.
[4] Ibídem.
[5] Ideas derivadas del “Imperativo categórico”, concepto ético en “Fundamentación de la metafísica de las costumbres” de Immanuel Kant (traducción de Manuel García Morente): “Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torno ley universal”. Y del texto del libro “Debates de la ética contemporánea” (2007) Editorial PUCP, Lima: Perú; de Miguel Giusti y Fidel Tubino.
[6] La fabula está descrita por completo en el artículo “Ahora es mi problema” (1 de Noviembre del 2008) Punto de vista de Gustavo Rodríguez en “El Comercio” Lima: Perú.
http://www.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/Html/2008-11-01/ahora-mi-problema.html
[7] “¿Qué es lo que en verdad se ha derrumbado?”. Editorial de la revista SIGNOS. Octubre 2008.
http://www.bcasas.org.pe/revista.pdf
[8] Ibídem.
[9] Ibídem.
[10] “El comunismo de los ricos” (22 de Septiembre del 2008) de Nelson Manrique, en Perú21.pe Lima: Perú.
http://peru21.pe/impresa/noticia/comunismo-ricos/2008-09-22/225320
[11] Génesis 2, 15. Biblia Nácar-Colunga (2001) Biblioteca de autores cristianos, Madrid: España.
[12] “¿Qué es lo que en verdad se ha derrumbado?”. Editorial de la revista SIGNOS. Octubre 2008.
http://www.bcasas.org.pe/revista.pdf
[13] Ibídem.
[14] “Gaudium et Spes” en Concilio Vaticano II. Archivo de documentos del Vaticano.
http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19651207_gaudium-et-spes_sp.html
[15] “Carta del presidente Nicolas Sarkozy a los miembros del Consejo Europeo” (3 de Octubre de 2008)
La cita textual está redactada en francés: “pour arrêter ensemble les principes de notre action commune. Il me paraît indispensable que nous arrêtions également à ce moment là des mesures concrètes propres à favoriser le retour à la confiance”.

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