jueves, 25 de septiembre de 2008

Un Dios para hoy: Informe del texto














Este es el primer informe de mi clase de Teología con la profesora Amparo Huamán en la facultad de Estudios Generales Letras en la Pontificia Universidad Católica del Perú, basado en la introducción y el primer capítulo del texto "Un Dios para Hoy" de Andres Torres Queiruga. Para consulta del texto: entrar a Biblioteca Virtual y buscar en la parte inferior el texto mencionado. Espero que algún día, los profesores y religiosos de mi colegio puedan leer estas líneas.

------------------------------------------------------------------------------

No es raro encontrar en nuestra Universidad, dentro de nuestra facultad de Estudios Generales Letras, personas que, frente al curso de teología que tenemos que llevar según la malla curricular, muestran una actitud indiferente o, simplemente, burlona acerca de esta situación. Personalmente, entré al curso “Fe Cristiana y Mundo Contemporáneo” por las dos nociones dentro del nombre; yo soy creyente, he salido de un colegio católico cristiano, el colegio salesiano del Cusco, dirigido por la congregación salesiana y me interesa profundizar en mi “Fe Cristiana”; y como alumno universitario me interesan demasiado los temas del “Mundo Contemporáneo” de nuestros días. Justamente, este primer texto del libro “Un Dios para hoy” de Andrés Torres Queiruga es el inicio de mi primera aproximación a la Teología.

Como el título del texto nos señala, el texto trata de la búsqueda de un nuevo pensamiento, imagen y valoración de Dios, propia de nuestro mundo actualmente. El autor propone a los lectores reflexionar acerca de nuestros tiempos, acerca de las preguntas que se nos plantean actualmente, acerca de los nuevos problemas y conflictos, para, a partir de esa reflexión, poder repensar nuestro modelo de Dios, interpretar su voluntad para estos tiempos y lograr buscar respuestas y soluciones parciales.

La gran propuesta de este autor es la de reformular nuestra visión de Dios moldeándolo a la situación actual. En mi opinión, la idea central es claramente necesaria en un mundo que ha ido cambiando radicalmente durante toda la historia. Nuestra imagen de Dios debería evolucionar con el pasar de los años y los acontecimientos; es decir, nuestra imagen de Dios debe avanzar con la historia y no detenerse en el tiempo.

La primera idea principal es que a pesar de la riqueza que nos da la antigüedad del cristianismo, nuestra imagen de Dios debe evolucionar siempre actualizando sus bases históricas sin olvidarlas; el cambio de paradigma. Además, se resalta que la idea “hipótesis Dios”, atribuir a Dios la razón o la culpa de fenómenos que acontecen en el mundo, esta completamente descartada y negada por el avance de la ciencia y la tecnología que explican según la razón muchos de estos fenómenos. De esta necesidad de cambiar la imagen de Dios para nuestros tiempos, se desprenden las siguientes ideas.

Nuestra imagen de Dios debe cambiar actualizando la imagen tradicional del pasado, repensándola hoy para una sociedad del siglo XXI, en la cual muchos fenómenos van aconteciendo a velocidad increíble. Por otro lado, pensar, actualmente, que un huracán, como Katrina, o un terremoto, como el ocurrido en Ica, Pisco y Chincha hace más de un año, son la furia de Dios o algo que Dios pudo impedir, es algo ilógico, porque va contra todo razonamiento que alguien que puede evitar el mal no lo haga.

La segunda idea principal es acerca del problema del mal. Este siempre ha afectado a la humanidad, se señalan muestras del mal como el holocausto de Auschwitz o la bomba de Hiroshima, y es ilógico pensar en un Dios que pudiendo evitar el mal no lo hace. Como dice nuestro texto “no es que Dios ‘no pueda’ crear y mantener un mundo sin mal, es que eso ‘no es posible’”. El Dios que debemos observar es un creador en el amor y tener bien claro que él quiere lo mejor para su creación. Entonces, el está en contra del mal y, exactamente, sufre por este mismo; según el texto, la imagen del “Dios Sufriente” al que nosotros debemos ayudar a combatir contra el mal.

El autor señala Auschwitz o Hiroshima, como actos impensables de “actualidad”; nosotros, siguiendo el mandato del autor, debemos repensar y actualizar nuestra visión del mundo contemporáneo, por esto debemos recordar, a siete años de los atentados, el 11 de Septiembre en Nueva York, el conflicto armado interno de nuestro país de los años ochentas e inicios de los noventa y otros. Sin embargo, también debemos pensar en que Dios sufre con estos acontecimientos y nosotros deberíamos ayudarle a combatir estos sucesos desde nuestra fe.

La tercera y última idea principal es que nuestro Dios no debe ser visto como un gran Ente que lo único que espera de la humanidad es un tipo de relación amo – servidor. Nuestro Dios, como señala el texto, nos crea por amor y no para ser servido, sino para poder servirnos a nosotros. En verdad, Dios “piensa en nosotros y busca exclusivamente en nosotros” indica el texto, así como sufre por el mal, busca lo mejor y lo más bueno para la humanidad y nos invita a ayudarlo en la construcción del mundo.

Como podemos observar, nuestra imagen de Dios no puede cambiar radicalmente y separada de la situación general de nuestro planeta, esto incluye problemas y conflictos de todo tipo, como, por ejemplo, la contaminación excesiva del medio ambiente que trae consigo el calentamiento global o la ruptura de la capa de ozono, situaciones de las cuales el ser humano debería tomar conciencia como el gran ejemplo del esfuerzo del Señor Al Gore con su documental “The uncomfortable truth”, que yendo de continente en continente trata de mostrar la realidad de un gran problema a la humanidad.

¿Cuál es la imagen que tengo de Dios? ¿Cómo es la relación entre Dios y el mundo actual que tengo en la mente? Son preguntas que se me vinieron a la mente luego de la lectura conciente de este texto. Lo que he aprendido, es que nuestra imagen de Dios debe cambiar de acuerdo a todo el contexto que rodea nuestros días y no de manera distanciada de nuestro mundo; Además, aprendí algunas otras idas como que, actualmente, es imposible e ilógico pensar en Dios como el causante de fenómenos o situaciones de acontecer mundial; por otro lado, también aprendí que el problema del mal está presente a lo largo del tiempo y Dios no es un simple observador que sufre sino que lucha por nuestro bien y las cosas buenas para nosotros; invitándonos a ayudarlo con esta tarea. Por último, rescato la idea de la nueva teología que debe ser renovada en la continuidad; una teología de urgencia, debido a que los problemas actuales son sangrantes; y una teología de búsqueda, volcada a encontrar soluciones para los problemas actuales.

“Del modo en que los cristianos y las cristianas concibamos y proclamemos la relación de Dios con el mundo van a depender en muy honda medida tanto la actitud que tomemos nosotros ante los grandes problemas de la humanidad como el sentido que los demás atribuyan a nuestro esfuerzo y a nuestra colaboración.” Personalmente, esta reflexión del texto mismo, resume en su totalidad el sentido de esta lectura y una de las tareas más urgentes que los cristianos debemos emprender.

No hay comentarios:


Diseño del artista cusqueño Jorge Flores Najar, mi querido Tío.