miércoles, 13 de agosto de 2008

Un día en el Estadio

















El domingo pasado, Cusco, la ciudad del sol, hizo gala de su nombre. Fue un día propicio para un partido de fútbol. Los rivales eran Universitario, el visitante, y Cienciano, el local. En verdad, he ganado un gusto de ir al estadio para observar el espectáculo, que no sólo incluye el fútbol, también incluye los gritos de parte de ambas hinchadas, pero, en verdad, en el Cusco, los gritos sólo son contra del equipo rival. Además, si viene Universitario de Deportes al Cusco, el tono y el vocabulario usados son mucho más fuertes. Debido al antecedente del partido que hace tiempo queda en memoria del pueblo cusqueño en el estadio de Urcos. La “U” quedo con cinco expulsados, el partido empatado, suspendido, los puntos para el equipo del Cienciano y muchas sanciones para el DT y el peor equipo de aquel momento: Universitario de Deportes de Lima. Al final, la policía tuvo que intervenir contra los jugadores de la “U” y comenzó a escucharse, en las tribunas, el famoso canto de: “Esa es la U, vergüenza del Perú”.

Aquella experiencia quedó muy grabada en la mente de todos los cusqueños, es por eso que el estadio se llena cuando llega este o cualquier club limeño; sin embargo, el estadio queda repleto cuando llegan las “gallinas” a las cuales pueden insultar a su modo y estilo. En fin, después de todo esto, comienza el fútbol. Asistí a la cita deportiva con mi padre y mi hermano después de mucho tiempo. El partido inició con un gol en contra del Cienciano, la “U” metió un penal, gran sorpresa. Sin embargo, en el segundo tiempo, el equipo imperial hizo uso de buen juego y remontó el partido con un gol de cabeza de Manuel Marengo y un tiro libre sorpresivo de Julio Cesar Uribe, a quien se abucheó hasta ese momento. Después de todo, el equipo imperial logró la victoria y nos regaló un gran espectáculo. Claro, sin olvidar, la cantidad de insultos y desfogues en contra del equipo visitante.

El estadio Garcilazo del Cusco, casa del club centenario Cienciano del Cusco, es un gran estadio. Ubicado en las alturas de la ciudad imperial es una fortaleza cusqueña. Muchos temen a este escenario deportivo por el clima y la altura. Sin embargo, este escenario, al contrario de todo lo anterior, tiene un gran césped natural y clima muy definido. Además, cuenta con las tribunas tradicionales e, incluso, en la tribuna de Occidente con algunas butacas y palcos privados. Dentro podemos encontrar vendedores de gaseosa, golosinas, arroz con huevo, “sanguchones” de salchicha, saltado y anticuchos. Además, vendedores de cintas, camisetas, gorras, sombreros, cachos y otra indumentaria de ambos equipos en juego.

Ir al estadio, aparte de ver el fútbol, también consiste en observar el espectáculo entero. Expresar su simpatía con su equipo, mostrarse en contra del equipo contrario, gritar, silbar y otras señas. Comer, jugar cartas en la espera, leer un libro, conversar, todo. Además, en Cusco, se puede ir seguro y contento al estadio; sin embargo, en Lima no me atrevo a ir a ningún escenario deportivo simplemente por miedo. Antes de olvidarlo, parte importante del escenario es el árbitro, juez al cual se le reclama de ambos lados. Es muy difícil que en un partido el árbitro entre y salga de la cancha sin algún insulto desde la tribuna. Particular y lamentablemente, en Cusco, incluso se pueden observar objetos que caen en la cancha e, incluso, pueden caerle a los jueces, jugadores contrarios y el equipo técnico contrario, todo depende del público en la tribuna. Incluso se cree en rituales muy raros como, en caso de la "U", se cuelgan cabezas de gallinas degolladas con nombres del equipo. A pesar de todo, el fútbol sigue y el resultado es lo que cuenta.

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Diseño del artista cusqueño Jorge Flores Najar, mi querido Tío.