sábado, 29 de agosto de 2009

miércoles, 12 de agosto de 2009

Desafiando a los Dioses
















La imaginación es algo que las empresas creadoras de videojuegos hacen volar más allá de todo lo que existe y lo que no, incluso, de lo que esta en duda de existir o de haber existido. Podemos encontrar desde juegos de épocas contemporáneas hasta juegos de la prehistoria; de guerras o de ciudades pacíficas y vida común. De todas maneras siempre juegos con una historia bien definida, un estilo de juego y un tema determinado; el ejemplo más reciente de videojuego motivo estas líneas; es el juego de Play Station 2 que recrea un mundo de la mitología fantástica griega: God of War.

Estas últimas vacaciones, logré culminar el juego God of War I y su secuela God of War II; ambas para la consola de Play Station 2. Este último me decepcionó pues deja un “continuara..” que sólo se podrá conocer en Play Station 3 en la siguiente y última secuela God of War III; consola que no tengo, ni está en mis planes tener.

Hablando del juego; se nos sitúa en la época de la antigua Grecia exaltando la creencia y existencia de los Dioses. El protagonista es Kratos, un guerrero espartano que está apunto de ser asesinado por los bárbaros y es salvado como el eterno servidor de Ades, el dios de la guerra. Sin embargo, por servirlo comete un grave error y busca venganza… Así se realiza la historia de Kratos desafiando al Olimpo, matando criaturas y héroes míticos; incluso retando a los mismo dioses y titanes.

Es un juego en tercera persona con gran cantidad de posibilidades de control y movimientos; infinidad de técnicas de ataque y defensa; gran temática, extrema violencia e, incluso, alguna escena de sexo por ahí. El juego genera alguna problemática en distintas partes pues tiene combinación de puzzles y acción directa; incluso interactividad. Las gráficas son excelentes, existen distintos tipos de dificultad y capacidad de aumentar de niveles las armas y poderes. Totalmente recomendable.


Diseño del artista cusqueño Jorge Flores Najar, mi querido Tío.